Una reciente encuesta titulada «Censo de Sexo», elaborado por LELO en el Reino Unido, ha arrojado luz sobre la creciente aceptación de la idea de tener relaciones sexuales con robots.
Según los resultados, aproximadamente un tercio de los encuestados estarían interesados en tales experiencias, especialmente si la adquisición de estos robots fuera financieramente accesible.
Este fenómeno va más allá de las muñecas sexuales convencionales, ya que implica robots sexuales equipados con inteligencia artificial (IA) que les permite moverse y comunicarse de manera similar a las personas reales.
La encuesta, que involucró a 4 mil personas, destacó notables diferencias entre hombres y mujeres en su disposición hacia esta novedosa forma de intimidad con robots.
Entre los datos más llamativos, se reveló que casi la mitad de los hombres encuestados expresaron estar dispuestos a tener relaciones sexuales con robots. En contraste, solo el 21 por ciento de las mujeres mostró interés en explorar esta opción.
Esta discrepancia pone de manifiesto las diferentes actitudes y percepciones entre géneros respecto a la integración de la tecnología en el ámbito sexual.
Actualmente ya hay en el mercado robots sexuales que cumplen con las fantasías más exuberantes.
Uno de ellos es el Harmony 3.0 de Realbotix, que “va más allá de cumplir funciones meramente físicas”. Lanzado en 2018, Harmony 3.0 ofrece no solo un «rendimiento sexual sobrehumano», sino que también tiene la capacidad de sostener conversaciones, hacer chistes e incluso realizar gestos románticos hacia su propietario. Características avanzadas como una vagina autolubricante subrayan la sofisticación de esta tecnología emergente.
A pesar del creciente interés y avances tecnológicos, algunos expertos expresan preocupaciones sobre las posibles consecuencias de la creciente interacción sexual con robots.
Joel Snell, del Kirkwood College de Iowa, advierte sobre el riesgo de que el sexo con robots se vuelva adictivo. La disponibilidad constante y la ausencia de rechazo por parte de los robots podrían alimentar adicciones y alterar la dinámica de las vidas de las personas que buscan satisfacción en esta forma de intimidad sintética.
El informe destaca la necesidad de reflexionar sobre los aspectos psicológicos y sociales de la incorporación de robots en la esfera sexual, al tiempo que plantea preguntas sobre el futuro de las relaciones íntimas en la era de la IA.
Excelsior