Pese a que dos revisiones médicas determinaron que el peleador Jeremy Stephens no podía seguir peleando contra el mexicano Yair «Pantera» Rodríguez, los aficionados en la Arena Ciudad de México se enfurecieron con la partida del estadounidense.
Stephens salió del octágono bajo una lluvia de toda clase objetos que le lanzaron desde las gradas.
Y es que la pelea estelar de la UFC Fight Night -que marcó el regreso de la empresa de artes marciales mixtas a México tras 25 meses- apenas duró 15 segundos: Yair le picó accidentalmente el ojo izquierdo a Jeremy, a quien el médico le dijo que no podía continuar.
El resultado entre el californiano Stephens y el mexicano fue No Contest (No Cuenta).
Desde las gradas, donde había más de 10 mil aficionados, de inmediato surgieron los abucheos, las rechiflas, las mentadas de madre y los gritos de «¡puto!» o «¡princesita!», a los que siguió el lanzamiento de objetos y líquidos.
Jeremy tuvo más acción abajo del octágono que arriba, pues tuvo que salir escoltado por casi una decena de guardias de seguridad. Incluso, un aficionado enfurecido intentó burlar la seguridad para encararlo.
Polémicas los calientan
Quizás la furia de los fans no fuera tanta si los dos combates previos no hubieran terminado de forma polémica, pero Alexa Grasso y Brandon Moreno habían sido apuñalados por los jueces.
Moreno empató con el ruso Askar Askarov, quien, pese al buen desempeño del mexicano, se libró de sumar su primera derrota en las artes marciales mixtas.
Pero lo que prendió los ánimos fue el duelo coestelar, el de Grasso frente a Carla Esparza, en el que los jueces dieron decisión mayoritaria a favor de la californiana cuando la tapatía había dominado claramente.
Con información de Cancha