La conductora de HOY, Galilea Montijo, habló sobre la separación de su esposo, el político y empresario Fernando Reina Iglesias. Durante el programa, dio detalles al borde de las lágrimas de la complicada situación que vive.

Galilea Montijo confesó durante el programa matutino que, tanto ella como su ahora exesposo, eran conscientes que no formaban una pareja perfecta, sin embargo sabían que funcionaban de alguna manera. Así que, pese a la separación que enfrentan, continuarán dando lo mejor de sí.

“Siempre hemos sido muy orgullosos de decir que somos una familia disfuncional muy funcional. Nosotros nos enorgullecemos de eso […] y, por supuesto, el amor de nuestros hijos y digo ‘nuestros hijos’ porque Alexis y Claudio van a ser mis hijos para toda la vida”, explicó.

Por otra parte, Galilea Montijo señaló que mantendrá una relación amistosa con su exesposo Fernando Reina Iglesias, pues siempre admiró de él que fuera cordial con sus parejas anteriores al separase; además de ser responsable de sus hijos.

“Fer que también va a ser mi amigo para toda la vida, que, si algo vi en él fue que es un gran… aparte de ser un gran papá, un gran exesposo y siempre me dio a mí ese ejemplo de papá presente aunque no estuviera todos los días con sus hijos y así va a estar con nuestro Mateo, que es nuestro mayor tesoro”, recalcó.

Aunado a ello, Galilea Montijo se unió a la pena de sus compañeras de trabajo Andrea Legarreta y Tania Rincón de enfrentar una separación, pues al borde de las lágrimas aclaró que no se trataba de un acuerdo para organizar una serie de divorcios. Simplemente fueron coincidencias de la vida.

“Algunas personas no entienden esta parte que puedes ser civilizada una separación. Puedes seguir siendo mamá y papá, sin ser pareja y eso está increíble […] Para todas esas personas que pueden ver esto como un chiste, esto que nos está pasando a Tania, a mi Andy […] déjenme decirles que yo si creo mucho en Dios y no en sus casualidades, pero sí en sus causalidades. Por algo nos puso este momento, esta prueba”, aclaró Galilea Montijo.

Fuente: Excelsior