Dos entrenadores de «alto perfil» del circuito femenino de tenis profesional están siendo investigados por el WTA Tour por «entablar relaciones poco profesionales y potencialmente abusivas con sus jugadoras», según denunció y publicó el medio británico Telegraph Sport.

«Las relaciones entre jugadoras y entrenadores son alarmantemente comunes en la gira femenina, lo que llevó a una de las mejores entrenadoras a sugerir que la situación ‘desprofesionaliza y deslegitimiza’ todo el deporte. Pero el liderazgo de la WTA, impulsado por las recientes revelaciones de la campeona de la década de 1980 Pam Shriver, al menos muestra signos de abordar este problema de larga data», añade el mismo medio.

El caso de Shriver sacudió el circuito de las raquetas en abril pasado. Número 3 del mundo en 1984 y ganadora de 21 títulos, conmovió con su confesión por los tormentos vividos en plena adolescencia a partir de una relación que calificó como “inapropiada y perjudicial” con su entrenador, Don Candy. Ella tenía 17 años y él, 50.

Tras esta confesión, la WTA reaccionó y anunció un nuevo puesto, “director de protección”. Mientras tanto, según Telegraph Sport, algunos entrenadores notaron una actitud más abierta e interesada por parte de los funcionarios del circuito a partir de los informes de comportamiento preocupante. Sin embargo, todavía hay críticos que creen que la falta de una línea directa anónima para tales informes “es una falta de compromiso más profunda”.

«Nunca había visto tantos novios que también son entrenadores de tenis femenino como ahora”, señaló en el mismo medio británico Vladimir Platenik, un experimentado entrenador eslovaco que trabajó con la reciente semifinalista del Abierto de Francia, Daria Kasatkina, entre muchos otros nombres conocidos. “Hubo casos antes, pero en este momento es demasiado para mi gusto. El problema es que aquí hay algunos entrenadores, están coqueteando con todas las jugadoras que entrenan. Es algo muy raro, porque en realidad el dinero del premio subió, las chicas ganan suficiente para pagar a los buenos entrenadores. Pero es como una tendencia”, agregó Platenik.

El entrenador Marc Lucero, quien se encuentra en Wimbledon esta semana con su pupilo, el estadounidense Steve Johnson, pero que también ha trabajado con varias jugadoras estadounidenses exitosas, incluidas Shelby Rogers y Alison Riske, pidió una mayor acción contra las relaciones “traumáticas” entre jugador y técnico.

“Cuando esto sucede, desprofesionaliza y deslegitima todo nuestro deporte (…) Claramente, hay algunos malos actores que abusan de la dinámica de poder entre ellos y los jugadores, ya sea socavándolos mentalmente o entablando relaciones que cruzan límites aceptables”, expresó en la misma investigación periodística.

“Es algo que siempre está ahí, y simplemente crea un ambiente que no es bueno para nadie, aunque obviamente le hace un mal servicio a la jugadora. Las jugadores son invariablemente más jóvenes: algunas de ellas son adolescentes y aún están madurando. Parte de un lugar donde la dinámica de poder está muy desequilibrada. Esto puede crear un impacto psicológico y emocional y un trauma que se siente durante años”, aportó Lucero.

Un tercer entrenador, que trabaja con un campeón de Grand Slam, le dijo a Telegraph Sport de forma anónima que “está claro que tal comportamiento es absolutamente incorrecto y estos entrenadores deberían ser excluidos de la gira”.

“Expulsar a los entrenadores puede ser un desafío técnico en un deporte individual que involucra a contratistas independientes en lugar de las estructuras más verticales que vemos en los deportes de equipo”, expone el medio británico. Pero hubo ejemplos de entrenadores a los que se les cancelaron sus credenciales en el pasado. Se plantea que una solución alternativa podría ser la creación de un nuevo sistema de licencias para todos los miembros del equipo, “porque no solo los entrenadores cruzan el límite de las relaciones personales con sus jugadores, sino que a veces también los preparadores físicos u otro personal de apoyo”.

Según Telegraph Sport, cuando se le consultó a la WTA si estaban investigando el comportamiento de algún entrenador específico en este momento, un portavoz respondió: “En el caso de que haya alguna investigación o se esté llevando a cabo, no estaríamos en libertad de comentar. La seguridad de las jugadoras es de suma importancia para la WTA y nuestro compromiso con eso sigue siendo firme”.

La WTA tiene una política de mostrarse inflexible con los abusos a sus profesionales. Los dirigentes, por ejemplo, cancelaron los torneos de la gira por China después de que Peng Shuai denunciara abusos de un alto cargo del gobierno de su país.

La Nación