Los contenidos de internet nos afectan a todos a nivel global y para moderarlos se requiere establecer un delicado equilibrio entre derechos contemplados por la ley: se deben respetar las garantías fundamentales como la libertad de expresión, así como contener discursos de odio y discriminación.
Sobre este tema debatieron ponentes de diversos países durante el Seminario Internacional “Moderación de Contenidos de Internet”, organizado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM y la Asociación de Internet MX (AIMX).
El director de esa entidad académica, Pedro Salazar Ugarte, consideró necesario que los actores legítimamente interesados tengan opinión, sean escuchados y tomados en cuenta.
Hay un enorme desafío de equilibrios entre distintos derechos que están en juego; entre éstos y los bienes valiosos. Tenemos una oportunidad de proponer y replantear el contexto del siglo XXI más allá de su segunda década, dar una reflexión en clave tecnológica, que tiene una gran tradición en el pensamiento jurídico: el de la ponderación y los equilibrios entre las prerrogativas; entre cuáles deben de ser los límites de la libertad de expresión y cómo deben ser justificados y casuísticamente ordenados, señaló.
Salazar Ugarte destacó que no podemos sustraernos del contexto político, del debate público. “Buscamos contribuir a identificar y aportar elementos que nos orienten como país a contar con la mejor legislación en una materia que es sumamente cambiante”.
Por su parte, la vicepresidenta jurídica de la Asociación de Internet MX (AIMX), Mónica Chávez Núñez, subrayó la importancia de este encuentro entre academia e industria para promover el uso responsable y ético de la red, además de impulsar los derechos digitales de los usuarios.
Comentó que AIMX agrupa a las empresas más relevantes en este rubro y busca orientar sus intereses hacia el desarrollo libre, responsable y seguro, con impacto positivo en la sociedad.
El desafío radica en encontrar ese fino balance entre proteger los derechos humanos de libre expresión y privacidad, y a la vez abordar los problemas y amenazas que surgen como la desinformación, la incitación al odio, la discriminación y la violencia, enfatizó.
En la Mesa 1, titulada “Moderación de contenidos: principios, estándares y derechos humanos” -moderada por Issa Luna Pla, del IIJ-, la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, Nashieli Ramírez Hernández, se pronunció por una regulación en donde se respete la neutralidad de la red y las garantías individuales. “Internet es un recurso global y su gestión debe respetar su naturaleza libre y reducir las brechas de desigualdad”.
“Es necesario regular el uso de internet, de inteligencia artificial, de manera que siga insertándose en un contexto democrático en donde el Estado y el nivel supranacional puedan asegurar la salvaguarda de derechos humanos de personas y comunidades de cara a los intereses privados”, manifestó.
Desde Colombia, la directora de la Fundación Karisma, Carolina Botero, resaltó que la regulación debe tener en cuenta el contexto social, pues los límites a la libertad de expresión varían si se trata, por ejemplo, de elecciones, o de temas de niños. “Se requiere una moderación de los contenidos como límite a la libertad de expresión, pues internet es un canal bidireccional con un potencial inmenso”.
Para el director general de AIMX, Julio César Vega Gómez, se deben tomar en cuenta compromisos internacionales y lineamientos contraídos, como las reglas de comercio electrónico de la Organización Mundial de Comercio. “Se necesita también una consideración global a los derechos humanos, que deben ser cuidadosamente revisados”.
El uruguayo Edison Lanza, de Inter American Dialogue, refirió que pasó de ser un recurso de élite a ser popular. “Para su regulación no hay que ceñirse a estándares de derechos humanos, sino hacer de Internet un espacio transfronterizo donde no basta la regulación de un país, sino que hace falta un acuerdo global, neutralidad de la red, acceso universal y transparencia”.
Por último, Óscar Alejandro Robles Garay, del Registro de Direcciones de Internet para América Latina y el Caribe, apuntó que la llamada súper carretera de la información se creó sin una autoridad y favoreció la innovación. “Es deseable que en esta gobernanza participen los usuarios y no solamente empresas y gobiernos”, finalizó.