Luego del tiroteo registrado en el Colegio Cervantes ubicado en Torreón, Coahuila, alumnos de la maestra fallecida acudieron durante este sábado a una funeraria privada de Gómez Palacio, Durango, para darle el último adiós.
Siempre traía una sonrisa, nos ayudaba en todo y era muy buena persona, era muy leal, nunca nos levantaba la voz, nos regañaba, pero nunca lo hacía de mala gana”, dijo un alumno de nombre José Servando.
Madres de familia acompañados de sus hijos aseguran estar consternadas por lo sucedido. Afirman que siempre recordarán a la maestra María como una persona siempre alegre, pero sobre todo protectora con sus alumnos.
Era una persona muy entregada, siempre con una sonrisa, muy linda. Era muy protectora, siempre estaba al pendiente de ello, de hecho, tuvo clases normales con mi hijo en el colegio y en la noche llevaba clases de francés con él, entonces siempre en las noches pan con chocolate”, narró Samanta Martínez, madre de uno de los alumnos de la maestra fallecida.
Algunos alumnos como Leonardo Pérez traían en sus manos un ramo de flores blancas para llevárselas a su maestra, ya que siempre se mantuvo cerca de sus compañeros de clase.
La recuerdo con mucho cariño, por protegerme mucho, pues sentí dolor como se siente perder a una persona y pues fue duro porque le tengo mucho cariño a esta maestra, siempre me quiso y yo la quise, y pues la recordaré con mucho cariño”, contó Leonardo Pérez, otro estudiante.
Fue poco a poco durante la mañana de este sábado en la funeraria privada que iban acudiendo familiares, amigos y alumnos de la maestra que tenía 50 años de edad y que apenas tenía este ciclo escolar trabajando en el colegio Cervantes.
Mientras tanto, en otra funeraria ubicada en Torreón Coahuila era velado a puerta cerrada y sola con familiares cercanos al alumno agresor, quién luego de dispararle a su maestra y compañeros de clases se quitó la vida con un tiro en la cabeza.
Será este domingo cuando se lleve a cabo la misa de cuerpo presente de ambas personas fallecidas para luego dar el último adiós a la docente y alumno agresor.
Fuente: Excelsior