En el comienzo de una cumbre de la OTAN en la que abundan ya los reproches entre Europa Occidental y Estados Unidos, al menos el Mundial de futbol ha representado un tema de concordia para algunos líderes.
La primera ministra británica Therea May y su homólogo belga habían intercambiado ya camisetas de sus selecciones durante la cumbre de la Unión Europea. Dos semanas después, Inglaterra enfrentó a Bélgica en el Mundial.
El miércoles, May enriqueció su colección de casacas, con una de Croacia, que enfrentaba a los ingleses más tarde en la semifinal.
May y el primer ministro croata Andrej Plenkovic se reunieron en el marco de la cumbre de la Alianza Atlántica para hacer el intercambio amistoso de camisetas. May se dijo convencida de que Inglaterra avanzará a la final, algo que sólo ha conseguido una vez, como local en 1966.
«Gareth Southgate y los chicos han hecho un excelente trabajo», dijo May, en referencia al técnico inglés.
«Y estoy segura de que van a hacerlo muy bien. Simplemente les deseo la mejor de las suertes».
El intercambio anterior de casacas no le trajo mucha suerte a Inglaterra, vencida por Bélgica en la fase de grupos. Pero la selección belga fue eliminada por Francia en la otra semifinal, en una parte del cuadro que Inglaterra evitó al perder aquel encuentro. Los líderes de los 29 aliados que conforman la OTAN se reúnen en Bruselas para su cumbre anual.