En respuesta a la evolución de la pandemia de COVID-19, los gobiernos de algunos países y organismos profesionales recomendaron la cancelación de cirugías, con la finalidad de proteger a los pacientes y a los trabajadores de la salud, pues se ha demostrado que estas aumentan las complicaciones pulmonares.
De acuerdo con un análisis publicado en la revista médica The Lancet, lo más recomendable hasta el momento es continuar con las operaciones prioritarias, como las del cáncer o cesáreas. En el caso de que la prevalencia de coronavirus disminuya y los recursos hospitalarios sean suficientes para hacer frente a la demanda de camas, entre otros, entonces se debe continuar a realizar procesos no electivos.
Asimismo, debe haber acceso a las pruebas de SARS-CoV-2 y garantizar que haya suficiente personal capacitado, así como camas de hospital, equipo de protección personal, unidades de cuidados intensivos, y todos los demás suministros médicos necesarios.
Sin embargo, la necesidad de pautas perioperatorias claras para la cirugía de emergencia y electiva durante la pandemia necesita más investigación, para definir qué umbral de prevalencia comunitaria amenazaría los suministros adecuados del equipo de protección personal y la capacidad hospitalaria, a medida que se recomiende la cirugía electiva.
Además, se sabe que existe un riesgo claro para el personal del área de salud en los hospitales, si los pacientes infecciosos no se detectan lo antes posible. Aunado a esto, los países varían ampliamente en términos de su capacidad para responder a un brote de COVID-19.
Es importante mencionar que, este análisis se basó en una recopilación de datos de mil 128 adultos infectados con el virus que se sometieron a cirugías, de los cuales, 577 presentaron complicaciones pulmonares. La incidencia más alta la tuvieron los adultos de 70 años, principalmente hombres.
“La cirugía es una parte esencial de la medicina moderna, pero se deben considerar cuidadosamente los riesgos adicionales durante la pandemia de COVID-19”, concluyen los cirujanos y anestesistas que contribuyeron a recaudar los datos en 24 países.