El Observatorio para la Prevención y Atención de la Discriminación y la Violencia de Género debe ser un ente vinculatorio, objetivo y transparente, pero sobre todo real, por lo que se convertirá en un mecanismo que permita a la BUAP dar el gran salto en temas de igualdad de género, expresó Juan Carlos Pinacho Cruz, titular de la Dirección de Acompañamiento Universitario de la BUAP (DAU).
Dicho organismo, que se prevé esté integrado por cuatro académicos, un estudiante y un trabajador administrativo de la BUAP, y dos especialistas en igualdad de género externos a la Institución, iniciará formalmente en abril de este año, también como un proyecto de vinculación entre la sociedad civil, las entidades gubernamentales y académicas, ya que el tema de la violencia de género y discriminación es un asunto que compete a todos y afecta al conjunto social.
“El tema de la perspectiva de género no es exclusivo de las mujeres; las implica porque es el sector más vulnerable y el más atacado en el contexto social, pero también involucra a poblaciones como personas de pueblos originarios, personas con discapacidad, migrantes, niñas y niños, personas adultas mayores y personas de la diversidad sexual”, comentó.
Organizado alrededor de siete ejes rectores: Legislación universitaria, Lenguaje incluyente y no sexista, Sensibilización en género, Igualdad de oportunidades, Educación con perspectiva de género, Atención y prevención de la violencia de género, y Entornos laborales con perspectiva de género, el observatorio tiene como objetivo identificar o visibilizar los avances o las carencias que tenga la BUAP en el tema. Por ello, se compartirá con otras instituciones de educación superior lo que a nivel local o regional se está utilizando, para generar indicadores objetivos y claros que permitan medir los avances o los retrocesos, informó Pinacho Cruz.
La creación del Observatorio, una propuesta del rector Alfonso Esparza Ortiz hecha realidad por el Consejo Universitario el pasado 9 de enero, es una necesidad, debido a que todas las instituciones de educación superior, a partir del sexenio actual, están obligadas a trabajar en sus comunidades aspectos preventivos de atención, erradicación y sanción de la violencia de género y la discriminación.
“Es importante que la Universidad tenga como eje rector la perspectiva de género, para seguir trabajando en función de los derechos a vivir en paz, con igualdad, sin discriminación y sin violencia; a no ser discriminados por la forma como hablan, por el color de piel o por el tipo de cuerpo, entre otros aspectos”.