De acuerdo con el escritor mexicano Xavier Velasco, así como hay quien asegura que ya nadie lee, hay quien cree que escribir una carta de puño y letra no tiene gracia; “sin embargo, en esta época escribir una carta tiene sus ventajas”.
Una de ellas, enlistó, es que al escribir de esa manera se suelta el alma, lo que se convierte en una terapia que ayuda a vivir y a mostrar al verdadero ser que es quien escribe, sin las caretas sociales impuestas por la gente y por la modernidad del mundo.
Invitado a presentar su libro “Cartas insensatas” en la Feria Internacional del Libro (FIL) en el Palacio de Minería, que se lleva a cabo hasta el 4 de marzo, Velasco informó a Notimex que “el libro contiene 25 cartas de alrededor de 250 que escribí con el paso del tiempo”.
Dijo que los escépticos del tema piensan que escribir una carta en la actualidad tiene sus inconvenientes, como por ejemplo, esperar a que le llegue al destinatario, y a la inversa, el destinatario tiene que esperar a que el remitente la escriba, la lleve al correo y le llegue.
“Lo que esas personas no saben, es que la espera es el más fuerte y poderoso de todos los afrodisiacos. Cuando deseo escribir una carta, voy a un jardín y rodeado de pajaritos y de mis perros, me pongo a escribir a mano”, explicó el escritor, dejando escapar un suspiro.
Subrayó que si se va la luz, no importa, porque sigue en su escritura manual aspirando el perfume de la tinta del bolígrafo y el papel. Y a propósito del sentido del olfato, recordó que hay quienes antaño enviaban una carta y hasta la perfumaban para el ser amado.
“Creo que perfumar las cartas puede tener una connotación muy romántica; sin embargo, cada carta escrita a mano tiene impregnado el aroma de quien la redacta. Puede que lleve su ADN, porque no faltaba quien antes de meterla al sobre le diera un besito con saliva”.
Por otro lado, mencionó que hoy en día tener una carta es lo mismo que tener una joya. “Antes uno recibía 15, 20, 25 o más cartas, porque era una práctica común; hoy tener una que alguien tuvo la distinción de escribirnos, es tener un tesoro, por ser ya inusuales”.
En “Entrega insensata”, 25 cartas van de lo mordaz a lo entrañable, pasando por la palabra de amor adolescente, el ajuste de cuentas y la declaración de genes y principios, y representan diálogos con personajes individuales o colectivos, icónicos o insignificantes.
Cada destinatario va abonando a la colección de temas que han obsesionado a Velasco en su carrera: la educación sentimental de los instintos más bajos, la hipocresía, la escritura como razón de vida o trampa, y el amor incondicional de la familia bípeda o cuadrúpeda.