El entrenador en jefe de los Patriotas de Nueva Inglaterra, Bill Belichick, que participó en su octavo Super Bowl, con la cabeza gacha, frustrado, admitió al concluir la edición 52 que su equipo perdió por 41-33 ante las Águilas de Filadelfia que «esta vez no nos funcionó la ofensiva».

Belichick y los Patriots perdieron el Super Bowl LII ante unos Eagles que lograron el primero de su historia fueron siempre superiores en el terreno de juego del U.S. Bank Stadium de Minneapolis.

«No tuvimos la ofensiva que debíamos tener», declaró Belichick, que junto con su mariscal de campo Tom Brady y los Patriotas, llegaron al Super Bowl como el equipo favorito sobre las Águilas.

Quizá pensando en que podrían lograr remontada como lo hicieron el año pasado sobre los Halcones de Atlanta, Belichick señalo que «esto no es lo que esperábamos».

Por en contrario, destacó que nada de lo que habían establecido como estrategia resultó de la manera que esperaban.

«Creo que podíamos haber hecho mejor la cosas, pensé que podíamos remontar, el segundo tiempo se nos presentaba como la oportunidad para mejorar el marcador, pero simplemente no pudimos», indicó.

Belichick y Brady ya eran la dupla entrenador y mariscal de campo con más triunfos en partidos de Super Bowl, pero esta vez Doug Pederson, un entrenador de segundo año, y Nick Foles, mariscal de campo reserva, fueron superiores.

«Nuestra felicitación a los nuevos campeones que hicieron un gran partido y se llevaron el triunfo con todo merecimiento», admitió Belichick, que no quiso hablar sobre si va a continuar una temporada más al frente de los Patriots donde lleva desde el año 2000.

«No tengo nada que comentar al respecto», respondió de forma cortante Belichick, que tiene 27 triunfos en partidos de la fase final.