Estados Unidos no será el policía del Medio Oriente y es tiempo de que otras naciones asuman los costos de intentar pacificar Siria, dijo hoy el presidente Donald Trump, al justificar su decisión de sacar a las tropas estadunidenses estacionadas en esa nación.
Contrario a la evaluación de expertos y militares dentro de su propia administración, el mandatario seguró que la salida de Estados Unidos de ese teatro de operaciones militares no fue del agrado de Rusia e Irán, los dos principales aliados del presidente Bashar al-Assad.
En una serie de mensaje este jueves en Twitter, Trump insistió que la presencia de Estados Unidos no se hace necesaria porque se ha logrado el objetivo de destruir al Estado Islámico, pese a que estimaciones de El Pentágono apuntan a que el grupo terroristas cuenta aún con una fuerza que podría alcanzar hasta los 30 mil combatientes.
“Salir de Siria no fue una sorpresa. Hemos estado haciendo campaña sobre eso por años y seis mese atrás, cuando públicamente lo quería hacer, estuve de acuerdo en permanecer un poco más. Rusia, Irán y Siria y otros son el enemigo local de ISIS. Estuvimos haciendo trabajo. Tiempo de volver a casa y reconstruir. #MAGA”, dijo.
El mandatario no ocultó su malestar por la falta de crédito que dijo existe para el trabajo que Estados Unidos ha venido haciendo en Siria desde que el presidente Barack Obama ordenó el envío de tropas en misión de apoyo a los rebeldes sirios.
“¿Quieren que Estados Unidos sea el policía de Medio Oriente sin obtener NADA pero gastando vidas preciosas y miles de millones de dólares protegiendo a otros, que en casi todos los casos, no aprecian lo que estamos haciendo?. Queremos permanecer ahí para siempre?. Es tiempo de que otros peleen”, demandó.
Aseguró además que Rusia, Irán y Siria no están felices con su decisión, “pese a lo que las noticias falsas digan, porque ahora tendrá que combatir sin nosotros a ISIS y otros que ellos odian”, apuntó.
El mandatario puso de relieve el fortalecimiento militar que ha impulsado durante su presidencia, y advirtió que si el Estado Islámico ataca a Estados Unidos, “estará acabado”.
La sorpresiva decisión no fue bien recibida en el Departamento de Defensa, incluyendo el Secretario, James Mattis, por considerar que ello permitirá a Rusia a Irán afianzar su presencia militar en apoyo al régimen del presidente Bashar al Assad.
Apenas la semana pasada voceros del Departamento de Estados y el propio asesor de seguridad nacional, John Bolton aseguraron que las tropas estadunidenses no saldrían de Siria mientras existiera presencia militar de Irán en ese terreno.