Con al menos 25 años como activista contra el VIH y el Sida en México, Josué Quino Andrade defendió el papel de las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) que trabajan en ese tema, y cuestionó la postura del presidente Andrés Manuel López Obrador de modificar la entrega de recursos.
Quino Andrade, representante legal de Teatro y Sida, concedió que existen irregularidades en la utilización de recursos públicos por parte de OSC, como lo ha reiterado el presidente de México, pero –subrayó– “no son todas”, y no es el caso de las que hacen trabajo contra el VIH y el Sida.
En el caso de Teatro y Sida, dijo, su trabajo comenzó a raíz de la falta de actuación de las autoridades, cuando ni siquiera se les conocía como organizaciones no gubernamentales u OSC.
El activista cuestionó la medida anunciada por el presidente López Obrador, en el sentido de que ahora el apoyo se brindará de manera directa a las personas que lo necesiten, sin intermediación. Eso, al menos en el caso de las personas que son atendidas por organizaciones de la sociedad civil que luchan contra el VIH y el Sida, no será efectivo, recalcó.
Y es que, ejemplificó, falta información, orientación y acompañamiento a las personas que se enteran que tienen VIH o Sida, trabajo que, sostuvo, han realizado las OSC enfocadas en ese tema.
“A un chavito de 16, 17 años, a un joven de 24, 25 años, o una mujer de 30, de 40 años, ¿le va a dar cuánto? ¿80 o 140 pesos para que vaya y se compre y se aplique una prueba rápida de detección de VIH?”.
Y exclamó: “¡Ah!, estoy a punto de pedirle a Andrés Manuel que me regrese mi voto, de verdad, y lo digo tristemente, porque no pensé que ocurriera esto”.
El activista manifestó su preocupación con la decisión presidencial, porque considera que el impacto del trabajo de detección y prevención que realizan las OSC se verá reducido, y teme que los casos de VIH y Sida incrementen en el país, como ocurrió en la década de los ochenta.
Quino Andrade señaló que, durante el pico de la pandemia de VIH y Sida en México, siete de cada 10 personas ignoraban que tenían el virus o que habían desarrollado el síndrome, y ahora sólo es una de cada tres personas, en parte gracias al trabajo de las OSC.
Esas organizaciones hacen “el trabajo que ni los burócratas quieren hacer”. No se limitan a un tema de horarios y, además, saben cómo, dónde y cuándo actuar porque hacen una labor “de pares”, dijo.
Abundó: “Trabajamos con lo que nosotros llamamos ‘pares’, porque trabajamos con iguales, porque tenemos las mismas vivencias, porque sentimos lo mismo, tenemos el mismo estilo de vida, sabemos por dónde es que podemos tropezar y los entendemos y no los criticamos”.
Desilusionado con la postura del presidente, el activista dijo que tiene esperanza de que les otorgue una audiencia y los escuche. Y añadió: “Aun así, una parte de mí cree que lo que está haciendo ahorita es lo ‘correcto’, pero que va a haber un momento en que va a ajustar las cosas”.
De acuerdo con Josué Quino, al menos 200 organizaciones de lucha contra el VIH y el Sida realizaron un manifiesto donde solicitan a López Obrador que no los coloque al mismo nivel que organizaciones y asociaciones políticas “de notoria mala fama, pública y política”, y manifestaron su disposición a ser reguladas por la Ley Federal de Fomento a las Actividades de la Sociedad Civil.
Proceso