Tras su éxito en el Hackathon de Economía Circular, las alumnas buscarán implementar su guía en materia de gestión de residuos con miras a un desarrollo sustentable.
Las aulas universitarias son laboratorios de ideas ejemplares. De ellos pueden emanar trabajos cuya proyección puede atajar una problemática social desde una perspectiva innovadora. Tal inventiva permitió que dos estudiantes de la IBERO Puebla fueran reconocidas en la última edición del Hackathon de Economía Circular organizado por Nestlé.
Por más de un año, Lorena Bautista Romero e Ivonne Martínez Gutiérrez trabajaron en el desarrollo de una guía que imagina un futuro más justo y cuidadoso de la casa común. El proyecto de titulación de las alumnas de la Licenciatura en Ciencias Ambientales y Desarrollo Sustentable abordó una arista poco discutida dentro de las políticas verdes: la gestión de residuos.
La Guía para la apertura y operación sustentable de centros de acopio de residuos en el estado de Puebla parte de la problemática de la clandestinidad. De acuerdo con las autoras, muchos de estos lugares no cumplen con los requisitos necesarios para operar, ya sea por desconocimiento o por dificultades de infraestructura. “Nuestra propuesta fue una serie de recomendaciones basadas en la experiencia de nuestro asesor y en noticias que leíamos”, explica Lorena.
Fue el profesor Juan Luis Bolaños Berruecos quien impulsó a las jóvenes a sacar el proyecto del contexto académico y medir su potencial en el concurso de Nestlé. El académico aportó a la causa los conocimientos adquiridos cuando colaboró con el Ayuntamiento de San Andrés Cholula en la elaboración del último reglamento para el manejo de residuos sólidos.
Así, la guía fue armada a partir de los huecos existentes en las normativas estatal y federal. Comenta Susana Cruz Ramírez, académica de la Universidad Jesuita: “El tema de residuos sólidos no está totalmente trabajado y normado [en Puebla]. Sigue siendo interesante generar todos los manuales de operación que acompañen este proceso”.
El cuadernillo de 123 páginas arranca con un marco teórico sobre qué son los residuos y cómo se clasifican a nivel nacional (aunque cada estado tiene sus propios lineamientos). Posteriormente, se exploran los requisitos locales y nacionales para operar; los procesos operativos profesionales; algunas recomendaciones para el uso adecuado de máquinas y software, y los códigos de seguridad para el personal.
Pese a que en las oficinas de la licenciatura recibieron el triunfo en el Hackathon con entusiasmo, las estudiantes de décimo semestre no renuncian a la problemática. “Falta muchísimo en el tema de un manejo [de residuos]”, sentencia Ivonne, quien sugiere que la gestión integral de basura debe iniciar en los hogares.
Además, un modelo óptimo debería privilegiar la incorporación de residuos a las cadenas productivas. Para ello, insiste, es necesario que sectores públicos, privados y sociales se articulen para la gestión de más de 1.6 millones de toneladas de residuos generados en Puebla cada año.
Incidir en la gobernanza
La guía figura entre los tres proyectos ganadores del Hackathon. Lorena e Ivonne recibieron por parte de la multinacional suiza un cronograma de implementación para los próximos seis meses. En esta etapa, las casi egresadas tendrán acercamientos con centros de acopio para delinear aspectos específicos e implementar cursos de capacitación con los nuevos lineamientos.
El proyecto cumplió con el reto planteado por Lean Analytics Association (LAA): vincular la gestión de residuos con la economía circular para consolidar un modelo que atienda los procesos de producción, consumo y desecho de productos y materiales.
Para Claudia García Marañón, coordinadora de Ciencias Ambientales y Desarrollo Sustentable, resulta fundamental que el alumnado cuente con una visión multidisciplinar que le permita actuar en diferentes campos profesionales con ánimo por el cambio social. “Esperamos la incidencia de nuestros estudiantes en los sistemas de gobernanza”, añade Susana Cruz.
Tanto Lorena Bautista como Ivonne Martínez se asumen como mujeres dispuestas a poner sus conocimientos al servicio de su entorno. El fin último de la guía, concluyen, es apoyar a las personas que dedican su vida a la gestión de residuos. “Parte de la importancia de implementar la guía es hacer estos vínculos entre las personas, que el gobierno diga ‘sabes qué, sí te apoyo’. Con eso evitamos que haya pequeñas empresas que operen mal”, remata Ivonne.