Por cuarta ocasión consecutiva, la Ibero Puebla destacó en el Premio Nacional de Diseño – Diseña México, el cual reconoce a empresas, instituciones y diseñadores que hayan desarrollado innovación a través del uso estratégico del diseño para mejorar la calidad de vida de la población.
En su edición de 2020, el alumnado de las Licenciaturas en Arquitectura, Diseño Industrial, Diseño Gráfico, Diseño de Interacción y Animación, y Diseño Textil obtuvo 18 reconocimientos gracias a 14 proyectos relacionados con el diseño de espacios educativos y culturales, comunicación visual, aplicaciones para móviles, diseño de moda, software, entre otros.
De igual manera, se recibieron tres menciones en los Premios CLAP 2020, así como el segundo lugar en el Concurso Nacional de Estudiantes Infonavit. “Nos llena de orgullo el papel preponderante que ha ocupado la Ibero Puebla como la mejor en diseño a nivel nacional”, celebró el Xavier Recio Oviedo, director del Departamento de Arte, Diseño y Arquitectura.
La Universidad Jesuita encuentra su finalidad en el servicio que se pueda dar al entorno. Esto se expresa en los proyectos que pretenden ser congruentes en la intervención en la realidad para construir sociedades más justas y equitativas para todas las personas. Recio Oviedo destacó el valor significativo de recibir este tipo de estímulos en tiempos de pandemia.
Desde estas disciplinas existe una responsabilidad intrínseca: ser catalizadores para la construcción de entornos y sociedades. “El diseño se convierte en una herramienta centrada en sistemas humanos para construir caminos hacia el buen vivir”, reflexionó Mariana González de la Rosa, coordinadora de la Licenciatura en Diseño Industrial.
Por primera vez, estudiantes de Arquitectura de la Ibero Puebla se sumaron a este concurso. Como señaló su coordinador, Rogelio Sánchez Velázquez, la apuesta por la nueva filosofía de la arquitectura experiencial abre la posibilidad de generar vivencias, mismas que serían superficiales si no tuvieran un enfoque ideológico relacionado con la cercanía entre las sociedades.
En esta edición, los premios se enfocaron en el desarrollo sostenible con base en la Agenda 2030 de la Asamblea General de la ONU. Esto se busca a través de la inclusión y sensibilización en los procesos creativos y las tecnologías. Para Roberto Razo Rodríguez, coordinador de la Licenciatura en Diseño de Interacción y Animación, estos objetivos pueden dar horizontes de acción a las personas.
Crear para los demás
El diseño es una responsabilidad de cara a problemas grandes. Por ello, Gerardo Corres Zenteno, estudiante de Arquitectura de la Ibero Puebla, desarrolló el proyecto Centro Integral Entomofágico Mexicano: Espacios para la cultura e innovación entomofágica.
Como explicó su autor, la idea central es rescatar las tradiciones olvidadas, especialmente tratándose de una práctica ancestral característica de gran parte de la gastronomía mexicana. “Debemos valor el patrimonio, divulgarlo y reconocerlo para que permanezca en la historia”. Para ello, su programa contempla el desarrollo de centros de investigación y espacios de recuperación gastronómica.
Gerardo Corres fue ganador absoluto en la categoría Diseño de experiencias y espacios interiores. La relación con este paradigma se basa en que, en cada atmósfera del proyecto, se tenga un apego al contexto inmediato para reinterpretar la arquitectura oaxaqueña (donde situó su estudio).
Por su parte, el producto Yo te escucho recibió la mención honorífica en el Premio ONU para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) agenda 2030 sobre Reducción de las Desigualdades (Eje 10). Como explica su coautora Sarah Ibáñez, estudiante de Diseño de Interacción y Animación, el proyecto se enfoca en ayudar a las personas que sufren de depresión desde una perspectiva externa.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el suicidio es la segunda causa de muerte en jóvenes mexicanos de entre 13 y 28 años. A través de investigaciones teóricas y de campo, las alumnas constataron que quienes viven con esta condición mental no cuentan con un apoyo adecuado por parte de sus seres cercanos. De ahí la importancia de poner sobre la mesa un tema tabú para las sociedades.
Con la empatía como eje rector, crearon una novela visual que acompaña a Fernanda, una chica cuya condición psicoemocional permite a los usuarios aprender a dar acompañamiento y asistencia a personas que viven con depresión. “El mayor problema de salud actual, además de la Covid, es la depresión. Esta es la señal de que tenemos que hacer esta experiencia”.
Por su parte, el proyecto colaborativo Filtro X Agua comenzó durante el trabajo de voluntariado de estudiantes de Diseño Industrial con la organización TECHO para personas sin hogar en Amozoc. Allí, los creadores se percataron del grave problema de escases de agua.
Como explicó la coautora Jocelin Castañeda Márquez, su enfoque busca generar el desarrollo integral de las personas para solventar las diferentes carencias que están presentes en las comunidades. Para ello, incorporaron elementos de sostenibilidad para que el filtro, hecho a base de elementos fáciles de encontrar, no se convirtiera en objeto de lucro.
Del mismo modo, se generó una Guía de diseño emocional que contempla tres niveles de desarrollo: visceral (acercamiento), conductual (educación) y reflexivo (aprehensión). Destacó que el proyecto busca reforzar la idea de que la vida debe vivirse en plenitud a través del encuentro comunitario y la sana convivencia con la naturaleza. “Este filtro busca ser una manera de brindarles a las personas algo que es un derecho”.