En medio de la emergencia de salud global, los inmigrantes están siendo retenidos por el Servicio de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE, por siglas en inglés) por más tiempo que en cualquier otro periodo de la reciente década, exponiéndolos al contagio de coronavirus, de acuerdo con los datos del ICE sobre medias mensuales.
Más de seis mil 400 detenidos han contraído covid-19 en los centros de detención de ICE y ocho han muerto.
Yudanys Pérez, un agricultor cubano de 31 años de edad que llegó a la frontera entre México y Estados Unidos después de haber cruzado por casi una docena de países para buscar asilo político, lleva un año detenido, ha sido trasladado a seis centros de detención de inmigrantes y se le ha negado la libertad condicional en siete ocasiones.
En mayo, según los registros médicos, dio positivo para el coronavirus. Durante más de un mes, sufrió fiebre, temblores y diarrea en un dormitorio con docenas de otros detenidos enfermos, dijo durante una entrevista telefónica desde el Centro Correccional de Winn en la zona rural de Luisiana.
Reuters habló con 20 personas de África y América Latina que dijeron que habían estado detenidos por el ICE durante más de seis meses. Cada uno de ellos describió condiciones de hacinamiento, a veces insalubres, que hacían virtualmente imposible el distanciamiento social y dificultaban el control de las infecciones por covid-19 y otras enfermedades.
Los centros de detención albergan menos de la mitad de las personas que antes de la pandemia —menos de 20 mil a principios de octubre—, en parte porque las medidas sanitarias de emergencia establecidas en marzo han permitido a las autoridades expulsar a casi 150 mil migrantes en la frontera.
Los datos del ICE muestran que la cantidad promedio de tiempo que los inmigrantes pasaron en detención en Estados Unidos casi se triplicó a tres meses en septiembre en comparación con septiembre de 2016, antes de que el presidente Donald Trump asumiera el cargo.
La portavoz del ICE, Danielle Bennett, dijo que la agencia está “comprometida a cumplir con las directrices de los Centros de Control de Enfermedades de Estados Unidos en cuanto a los niveles de detención y a minimizar la propagación del virus”.
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