Europa lanza el domingo un programa de vacunación internacional de escala sin precedentes como parte de los esfuerzos para poner fin a una pandemia de COVID-19 que ha paralizado las economías y se ha cobrado más de 1,7 millones de vidas en todo el mundo.
La región, con una población de 450 millones de personas, ha cerrado acuerdos con diversos proveedores por más de dos mil millones de dosis de vacunas y se ha fijado el objetivo de que todos los adultos se vacunen durante 2021.
Si bien Europa tiene algunos de los sistemas de salud con mejores recursos del mundo, la magnitud del esfuerzo significa que algunos países han pedido ayuda a médicos jubilados, mientras que otros han flexibilizado las reglas sobre quién puede administrar las inyecciones.
Ante los altos niveles de escepticismo que muestran los sondeos en numerosos países, desde Francia hasta Polonia, los líderes de los 27 países de la Unión Europea están defendiendo su utilización como la mejor oportunidad de recuperar cierta normalidad el año que viene.
«Estamos empezando a pasar página de un año difícil», dijo en un tuit Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, que coordina el programa.
«La vacunación es la forma duradera de salir de la pandemia».
Después de las críticas vertidas hacia los Gobiernos europeos por no trabajar juntos para contrarrestar la propagación del virus a principios de 2020, el objetivo esta vez es garantizar que haya igualdad de acceso a las vacunas en toda la región.
Aun así, Hungría se adelantó el sábado al lanzamiento oficial al comenzar a administrar inyecciones de la vacuna desarrollada por Pfizer y BioNTech a los trabajadores de primera línea en los hospitales de la capital, Budapest.
Países como Francia, Alemania, Italia, Austria, Portugal y España planean comenzar las vacunaciones masivas, comenzando con los trabajadores de la salud el domingo. Fuera de la UE, Reino Unido, Suiza y Serbia ya han comenzado en las últimas semanas.
La distribución de la inyección de Pfizer-BioNTech presenta algunas complejidades. La vacuna utiliza una nueva tecnología de ARNm y debe almacenarse a temperaturas ultrabajas de alrededor de -80 grados Celsius (-112 ° F).
Francia, que recibió su primer envío de la vacuna de dos dosis el sábado, comenzará a administrarla en el área metropolitana de París y en la región de Borgoña-Franco Condado.
Alemania, mientras tanto, dijo que los camiones estaban en camino para entregar la vacuna a residencias de ancianos, que son los primeros en recibir la vacuna el domingo.
Aparte de los hospitales y las residencias, pabellones deportivos y centros de convenciones —vacíos por las medidas de confinamiento— se convertirán en lugares de vacunación masiva.
En Italia, en las plazas de las ciudades de todo el país se levantarán pabellones de salud temporales que funcionan con energía solar y tienen un diseño de flores de prímula de cinco pétalos, un símbolo de la primavera.
En España, se están enviando dosis por vía aérea a sus territorios insulares y los enclaves norteafricanos de Ceuta y Melilla. Portugal está estableciendo unidades de almacenamiento en frío independientes para sus archipiélagos atlánticos de Azores y Madeira.
«Ahora se ha abierto una ventana de esperanza, sin olvidar que hay una lucha muy difícil por delante», dijo a la prensa la ministra de Salud portuguesa, Marta Temido.