“En Puebla, los demonios de la corrupción andan sueltos”.
Este día, el periódico Reforma, en su columna Templo Mayor, da cuenta de los “enjuagues” del titular de la Auditoría Superior del Estado, Francisco Romero Serrano.
Según la versión de Fray Bartolomé, autor de la columna de marras, el funcionario trabaja por encargo; sin embargo, hace caso omiso y termina haciendo negocios «por debajo del agua».
Muestra de ello, fue el supuesto encargo de hacer la vida imposible al Ayuntamiento de Puebla; sin embargo, el auditor, señala Templo Mayor, el auditor terminó mejor negociando contratos; uno de ellos por 8 millones de pesos para servicios de sanitización en el municipio.
“Las cotizaciones fueron ‘afinadas’ por la secretaria ejecutiva del auditor, Luz Aída Deloya”, revela Fray Bartolomé.
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