Verdaderos viacrucis están pasando decenas de personas con síntomas graves de covid-19 en la búsqueda de un hospital, no sólo por la saturación, sino también por los altos costos.
El día sábado 23 de enero, al filo de las 12:45 pm llegó al hospital Angelopolitano, ubicado en la privada 9C sur 4108, en la ciudad de Puebla, Juan Guillermo Contreras Caleco a internarse diagnosticado por neumonía. Al nosocomio llegó en la ambulancia SUMA 042, durante el recorrido de su casa al hospital, el paciente llevaba oxígeno, tenía dificultad para respirar. Él llego acompañado de su hija Anel Contreras Jiménez.
Los paramédicos llegaron pidiendo oxígeno porque al llegar al hospital el oxígeno se les acabo, la recepcionista, de nombre Miriam, no hizo caso, porque pedía el depósito de $100 000 mientras los paramédicos le seguían diciendo que necesitaban el oxígeno porque el paciente entraría en paro respiratorio, llegó su hija Rosario Contreras Jiménez con el dinero y se le entregaron $80 000.
Durante el tiempo en el cual la recepcionista Miriam hablaba con las hijas del paciente que fue aproximadamente 2 minutos, los paramédicos seguían insistiendo que el paciente necesitaba el oxígeno, a lo cual nadie respondía, debido que ellos le negaron el servicio al paciente ya que la recepcionista Miriam indico que antes de atenderlo tenía que estar el depósito total, fue ahí cuando las hijas del paciente Juan Guillermo Contreras Caleco entregaron $10 000 más al mismo tiempo el servicio de tomografías del hospital angelopolitano, le dijo a su hija Rosario Contreras Jiménez que requería $2500 más para realizarle el estudio TAC de tórax. Y hasta que se les entregó el dinero accedieron a entregar el oxígeno, en ese momento la recepcionista le dio la orden a los paramédicos de ingresar al paciente al área de Covid del hospital.
Su doctora de cabecera seria la doctora Martha Sánchez, la cual no estaba, solicitaron la presencia del médico en turno a los 5 minutos de que ingresaron al paciente su hija Rosario Contreras Jiménez recibió la llamada de la doctora Martha diciéndole que necesitaban intubar a su papá, ya que el paciente tenía 25 de saturación, que era de si o si, a lo cual su hija no accedió ya que tenía que consultarlo con los familiares del paciente, a los 15 minutos la doctora se reunió con la familia del paciente para ver cuál era la decisión, mencionando que aun con la intubación el paciente no tenía esperanza de vida, también dijo que aun estando en el hospital lo mantendrían con oxígeno hasta que su corazón dejara de latir.
La decisión tomada fue que no se intubara y se le pidió a su hija que firmara la alta voluntaria mencionado que el costo por día en el hospital seria de $40 000 de depósito diario más $25 000 de honorarios médicos diariamente, se decidió retirar al paciente del hospital, la recepcionista le dijo a su hija Rosario que le entregaría el alta hasta que estuviera el estado de cuenta.
El tiempo en el hospital del paciente fue de 2 horas 15 minutos, se le entregó a su hija el estado de cuenta por un total de $58 412.38 se los restaron de los $90 000 a cuenta devolviéndole $31 588, la recepcionista comentó que faltaba aun pagar los honorarios médicos pidiendo el pago de la doctora Martha Sánchez de $25 000, más $2500 del estudio que le realizaron al paciente, pagando un total de $85 912 por el tiempo de estadía del paciente.
La inconformidad de los familiares fue el mal trato del hospital hacia el paciente al llegar y el costo por el tiempo que estuvo, enriqueciéndose aprovechando del dolor ajeno.
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