La pandemia es una etapa de lento crecimiento al igual que el rubro de tasas de acumulación y de inversión, por lo cual algunos autores lo consideran una fase de estancamiento secular que los lleva a hablar de una crisis general del capitalismo, afirmó el académico del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc), Sergio Adrián Ordóñez Gutiérrez.
Al inaugurar los trabajos del Seminario ¿Es el fin del Neoliberalismo? Perspectivas de México, organizado por el Posgrado de Economía y el Programa de Investigación Globalización, Conocimiento y Desarrollo del IIEc, resaltó que la recesión financiera-productiva global de 2007-2009, fue una crisis básicamente del neoliberalismo.
Lo anterior, con el consiguiente predominio de prácticas especulativas y parasitarias que conllevaron a un proceso de desvinculación y disfunción creciente del capital financiero respecto de los requerimientos de la acumulación real, consideró.
Paralelamente, de mediados a finales de la primera década del siglo XXI se observa también creciente cuestionamiento de la globalización en su modalidad neoliberal y unipolar, resultado básicamente de la irrupción de China, de los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y del Sur global, además del desplazamiento de la acumulación mundial hacia Asia.
Todo ello, prosiguió, inició un proceso de tránsito hacia una nueva modalidad multipolar de la globalización, el cual es reconocido de manera general.
A partir de esta situación hay intentos de rectificación dentro del neoliberalismo. De finales del siglo XX e inicio del XXI hay una serie de documentos del Banco Mundial y otros organismos internacionales promotores de ese modelo económico que plantean lineamientos de política pública y la necesidad de corregir las fallas del mercado y de un posicionamiento relativo del Estado, detalló.
“Hasta después de la crisis de 2007-2009 el gobierno de Barack Obama presentó un programa más o menos articulado de posicionamiento relativo del Estado, tendente a corregir las fallas del mercado”, indicó.
Apuntó que ante el fracaso de esa serie de intentos, en el contexto de una nueva derecha populista a escala internacional tuvo lugar el arribo de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos. Con ello un nuevo intento de dar respuesta a la crisis del neoliberalismo, pero ahora bajo una perspectiva reaccionaria y una intención que podría caracterizarse como un neoliberalismo nacionalista.
Ordóñez Gutiérrez planteó que el desenlace fue la tentativa de interrumpir la transición democrática del poder con rasgos insurreccionales y de manipulación mediática, proclive a crear consenso a un supuesto fraude generalizado en la pasada elección presidencial estadounidense que, al no prosperar, dio como resultado una respuesta del nuevo gobierno demócrata en términos de una cuasi ruptura neoliberal.
En ese sentido, la clara política de reposicionamiento del Estado y de una estrategia nacional de desarrollo basada en un plan de inversión en infraestructura, además de una serie de medidas como la aplicación de impuestos a las empresas trasnacionales y a la creación de consensos hacia clases y grupos subalternos, entre otros aspectos, constituyen, a partir de nuestra perspectiva, una serie de medidas que implica una cuasi ruptura neoliberal.
“Esto es lo que nos lleva a poner en la mesa de discusión de este Seminario la posibilidad del fin del neoliberalismo, y en ese marco queremos analizar las perspectivas de México. Para ello consideramos la integración del país dentro de las redes productivas globales de la nueva fase de desarrollo del capitalismo, la estrategia del actual gobierno y la necesidad una política industrial para dejar atrás el neoliberalismo”, acotó.