El especialista Mario Arroyo señaló que el abuso sexual infantil no es un momento, sino un proceso que puede comenzar con tocamientos y derivar incluso en la muerte del menor, por lo que destacó la importancia de trabajar por una detección temprana del problema.
Al presentar el «Diagnóstico sobre la situación del abuso sexual infantil en un contexto de violencia hacia la infancia en México», detalló: «Lo grave del abuso sexual infantil es que si no se detecta temprano, puede incrementarse o ser incluso una pesadilla permanente para las víctimas».
Ante la gravedad de estos hechos, el experto advirtió que, derivado del estudio convocado por Early Institute, se conoció que «no hay datos concretos, específicos, sobre abuso sexual infantil en México», ni tampoco de organismos internacionales.
No obstante, se ubicó que existe una base de datos de egresos hospitalarios en el país, donde «encontramos casos de abuso sexual infantil; en 2015, de un millón 750 mil casos, 309 egresos fueron relacionados con abuso sexual infantil, de estos, 87.7 por ciento fueron niñas. Entre los cero y cinco años hubo 43 casos».
En el acto que se realizó en la Fundación Casa del Poeta, detalló que el estudio tomó la definición dada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya que es medible y cuantificable: «Abuso sexual infantil es la participación de un niño o niña en una actividad sexual que no comprende completamente, y a la que no puede dar consentimiento, o para la cual no está preparada o preparado en su desarrollo».
Agregó el especialista en seguridad, prevención de la violencia y reducción del delito, que ante la falta de bases de datos tampoco se puede señalar si este delito ocurre más en lugares de estratos económicos bajos que en altos, «la cifra negra es muy grave en el país», reiteró.
También planteó la pregunta: «¿Qué hacemos cuando son agresores conocidos de la victimas?, ese es el gran reto, y la gran mayoría de los abusos sexuales ocurre por una persona de confianza; ¿en qué medida y de qué magnitud?, esa es también nuestra interrogante y a dónde queremos llegar».
La directora general del Early Institute, Annayancy Varas García expuso que una parte fundamental para contrarrestar este flagelo, es el trabajo que se haga con otros adultos responsables.
«Con quien si podemos hacer, y siempre se podrá actuar, es con con el adulto capaz para cuidar del menor; gran parte de nuestra comunicación va a ir dirigida a esos adultos capaces o guardianes, ya sea como padres, tíos, amigos, maestros, abuelos, para poder proteger a los niños», indicó.
De manera que las acciones que emprenderán será realizar una solicitud al Consejo Nacional de Seguridad Pública para que sea fundamental y obligatorio que se registre la edad de la víctimas, además de proponer «una iniciativa para crear una comunidad de información y conocimiento a fin de que, basados en evidencias, podamos tomar mejores decisiones».
Los especialistas adelantaron que para el próximo 21 de noviembre convocarán a varias organizaciones e investigadores para «reuniros a definir una agenda de prioridades», y enfrentar de mejor manera este problema.