El secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos Arámbula, reconoció ante senadores que el sector campesino es crucial para el desarrollo del país, por lo que el Gobierno federal trabaja para consolidarlo como un pilar del crecimiento económico y una fuente de bienestar para las familias.
Villalobos Arámbula compareció en la Comisión de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural, que preside la senadora Nancy Guadalupe Sánchez Arredondo, como parte del análisis del IV Informe de Gobierno del Ejecutivo federal.
En el encuentro, el presidente de la Mesa Directiva, Alejandro Armenta Mier, dijo que el sector agropecuario es una parte esencial de la economía y es un tema fundamental en la reactivación de México.
El senador indicó que la comparecencia del secretario de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) es un esfuerzo interinstitucional y un trabajo de coordinación entre los poderes públicos.
Se trata, expresó, de un mandato constitucional para dar a conocer al Congreso de la Unión el estado que guarda la administración pública al inicio de cada periodo de sesiones.
El presidente de la Junta de Coordinación Política, Ricardo Monreal Ávila, destacó que el campo representa uno de los temas más importantes del país, pues “el desafío más grande que tenemos es lograr la autosuficiencia alimentaria”, atender los rezagos y garantizar la justicia en el medio rural.
“Soy de los que piensan que el campo es solución, que no es problema”. Y ahora que los ganaderos, pescaderos, agricultores, fruticultores y cañeros enfrentan dificultades, es el momento de estar unidos y de buscar soluciones juntos.
El coordinador parlamentario de Morena reiteró que el sector agropecuario atraviesa por una etapa difícil; “por eso es importante que todos, coordinados, podamos buscar soluciones”.
La senadora Sánchez Arredondo consideró que, gracias al empuje de los productores, del apoyo y voluntad del Gobierno federal continuó la producción primaria. A pesar de la emergencia sanitaria, del cambio climático y de conflictos bélicos externos, destacó, el sector continuó laborando para llevar alimentos a las mesas de las familias.
Este rubro, dijo, es orgullosamente el más dinámico en cuanto a crecimiento productivo y sostenido, pues tan sólo en el 2021, el valor de la producción de cultivos agrícolas superó los 649 millones de pesos, que representó un incremento de 2.9 por ciento, en comparación del 2020.
“Tenga la certeza de que en el Senado estamos interesados en que el campo continúe su camino, para impulsar acciones en beneficio de las personas que participan en la actividad agroalimentaria”.
En su intervención inicial, el funcionario destacó que además de impulsar programas prioritarios, la SADER y sus entidades coordinadas continuaron con el apoyo a los productores, lo que permitió que nuestro país continúe como una potencia agroalimentaria mundial, gracias a la productividad y competitividad de sus exportaciones.
Precisó que, en 2021, el sector mostró un comportamiento positivo, pues el Producto Interno Bruto agroalimentario tuvo un crecimiento de 2.6 por ciento, y en el primer semestre de 2022, fue de 2.9 por ciento.
Agregó que reportó un crecimiento del volumen de la producción de 1.3 por ciento, en los primeros seis meses de 2022, por lo que ahora se crece al 1.6 por ciento anual.
La producción de alimentos en 2021 ascendió a 294 millones de toneladas, y la expectativa para 2022 es de 297. 2 millones, es decir, uno por ciento más que el año anterior.
Este crecimiento, apuntó, es resultado de una producción agrícola de 271 millones de toneladas, dos millones más que en 2021; una producción ganadera de 24.1 millones de toneladas, que representa un aumento de 500 mil respecto al año pasado; y el incremento de la pesca en 38 mil toneladas, para llegar a sumar dos millones totales.
Además, subrayó que el sector primario dio empleo a 6.7 millones de trabajadores en el segundo semestre de 2022.
Nuestro país, indicó, redujo la población subalimentada; entre el 2018 y 2021, 1.4 millones de mexicanos superaron esta condición, “lo que indica la necesidad de continuar por la vía establecida desde el inicio de la presente administración”.
Informó que, durante los primeros ocho meses del presente año, la balanza comercial agroalimentaria ha sido superavitaria, en el periodo de enero y agosto del 2022 presentó un saldo positivo de cinco mil 287 millones de dólares.
El funcionario advirtió que la situación derivada de un entorno internacional, particularmente complejo, afecta a nuestro país, tanto la crisis generada por la Covid-19, como el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania; sin embargo, el campo no se detuvo.
Desde el inicio de la presente administración se propuso alcanzar la seguridad alimentaria con soberanía, al incrementar la producción nacional para garantizar a todas las familias mexicanas, en todo momento, acceso físico, social y económico a alimentos suficientes y nutritivos.
Dijo que al concluir el ejercicio fiscal 2021, la Secretaría registró un presupuesto modificado de 51 mil 771.9 millones de pesos; mientras que para 2022 se recibió un presupuesto 55 mil 788.9 millones de pesos; y para el Proyecto de Presupuesto de 2023, se propone que los recursos destinados sean de 70 mil 527.9 millones de pesos, es decir, un incremento significativo de 26.4 por ciento para apuntalar la seguridad alimentaria.
Para hacer frente a la inflación, recordó que el Gobierno federal realizó un primer esfuerzo de contención con el “Paquete Contra la Inflación y la Carestía”.
En dicha medida se incluyó el aumento de los apoyos a la producción de granos, la ampliación del programa de entrega de fertilizantes, el fomento de fertilizantes orgánicos y la eliminación de la cuota compensatoria para el Sulfato de Amonio, así como la ampliación temporal de aranceles cero, a la importación de 21 de los 24 productos de la canasta básica.
Además, la implementación de una reserva estratégica de maíz, con la compra de 800 mil a un millón de toneladas de maíz; la ampliación de precios de garantía de maíz, frijol, arroz y leche, que establece un precio mínimo de compra a pequeños productores y el fortalecimiento del Programa de Abasto Social.
Señaló que el entorno internacional ha distado mucho de mejorar, por lo que el Gobierno federal, con el apoyo del sector privado, ha redoblado sus esfuerzos para reducir en ocho por ciento el precio de la canasta básica en un periodo de seis meses, mediante la flexibilización de la importación de los productos que la integran.
Para ello, destacó que se busca incrementar la oferta de alimentos, por lo que se otorga a las empresas importadoras de productos de la canasta básica una licencia única universal, para facilitar la importación y distribución de alimentos e insumos.
Víctor Villalobos Arámbula explicó que a estas empresas se les confía la corresponsabilidad de asegurar que las mercancías que comercien cumplan con las normas sanitarias de inocuidad y calidad, además de recordar que la medida es temporal y limitada.
Fotos: Senado