El templo de Nuestra Señora de Guadalupe, mejor conocida como La Villita, recibe a fieles y peregrinos de la capital del estado, de algunas juntas auxiliares y zona conurbada de Puebla, para celebrar la fiesta por el 12 de diciembre.
A las puertas del templo, ubicado sobre la Avenida Reforma, entre la 11 y 13 Norte, se observan las entradas y salidas de los creyentes de todas las edades que visitan la imagen de la Virgen de Guadalupe con diferentes propósitos, algunos para agradecer y otros para pedir algún favor en especial.
Tal como en la capital del país, la Basílica de la Virgen de Guadalupe, la cual llaman «La Villa”, en Puebla capital se espera el arribo de cientos de feligreses desde la madrugada del 12 de diciembre y a lo largo del día.
Lucía Tepox, de 32 años de edad, es una de las cientos de mujeres que llegan a “La Villita” cargando a su hija de cinco años de edad, vestida con una blusa de popelina blanca con flores rojas y amarillas bordadas, junto con un faldón negro y rayas horizontales de colores.
En la cabeza de la pequeña no pueden faltar su cabello recogido por dos trenzas con listones rojos, en el cuello dos collares de bolitas en tonos verde y rojo, a la espalda el pequeño huacal de yute y carrizo, y en los pies huaraches de cintas doradas.
Durante la entrevista, indicó que este es el tercer año que acude con su hija, ambas provenientes del municipio conurbado de Cuautlancingo, con el único propósito de pedirle a la imagen de la Virgen de Guadalupe que siga cuidando de su esposo Patricio Jiménez, quien trabaja en un restaurante en Los Ángeles, California, Estados Unidos.
En tanto, Luis Fernando Papaqui es un joven de 20 años de edad que llegó al templo portando una pequeña imagen de la “morenita del Tepeyac”. Informó que acudió para agradecer a la virgen que logró pasar el examen a la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), donde estudia Medicina.
Diego Flores llegó al templo junto con su esposa y dos hijos, para pedir que pronto encuentre trabajo, porque a sus 52 años de edad fue incluido en una lista de recorte de personal de la fábrica de autopartes donde trabajaba.
A las afueras del templo, una construcción que data del Siglo XVIII, luce la aglomeración provocada por los puestos ambulantes de comida, bebidas, artículos religiosos y algunos de ropa abrigadora como capas, chalecos, bufandas, guantes y gorros de estambre.
De acuerdo con el portal de la Secretaría de Cultura y Turismo de Puebla, www.puebla.travel La Villita es de estilo barroco poblano. La portada es de cantera y yesería, y tiene pilastras estriadas, frontón y remates piramidales.
El templo cuenta con campanarios barrocos de tres cuerpos; también destacan las columnas salomónicas y los capulines del perillón. En la fachada resalta por los paneles con azulejos, mostrando las cuatro apariciones de la Virgen de Guadalupe, así como otros símbolos marianos.
En tanto que en su interior de planta latina, luce la bóveda de lunetos y cúpula de linternilla; así como ángeles y otras figuras de yeso.
Por esta fiesta, personal de la Dirección de Tránsito Municipal trabaja en orientar a los automovilistas que circulan sobre las calles aledañas al templo, toda vez que frente a «La Villita» se encuentra el Paseo Bravo.
Este espacio público se encuentra cerrado debido a los trabajos de remodelación y embellecimiento a cargo de las autoridades, quienes plantean hacer una zona peatonal, similar a Las Ramblas de Barcelona, España.
Foto: Es Imagen