Las autoridades filipinas elevaron hoy el nivel de alerta en todas las regiones del norte del país, donde se espera que el potente tifón «Mangkhut», de categoría máxima 5, toque tierra mañana con posibles efectos tan devastadores como los del «supertifón» «Haiyan» de 2013.
Las nueve provincias ubicadas en el norte de la isla de Luzón, están desde esta mañana en el nivel de alerta número 3 (de un total de 5), ya que en las próximas horas se sentirán vientos de hasta 185 kilómetros por hora.
Otras diez provincias del centro de Luzón se encuentran en el nivel de alerta número 2, según el último boletín de la agencia de meteorología PAGASA.
Se espera que «Mangkhut», el mayor tifón que llega a Filipinas desde «Haiyan», toque tierra el sábado por la mañana en algún punto de la costa nororiental de Luzón, entre las provincias de Cagayan e Isabela, dos de las principales productoras de arroz y maíz.
El Gobierno filipino iniciará hoy las tareas de evacuación de las familias que viven en las zonas más vulnerables al embate del temporal, bautizado localmente Ompong, y ha movilizado de momento unos 30 millones de dólares para la respuesta de emergencia.
A las 10:00 hora local, el ojo de «Mangkhut» se situaba a 540 kilómetros de Baler, en la costa oriental de Luzón, y arrastraba vientos sostenidos de 205 kilómetros por hora con rachas de 255.
Según los pronósticos de PAGASA, «Mangkhut» se fortalecerá en las próximas horas antes de tocar tierra mañana y si los vientos sostenidos superan los 220 kilómetros por hora será catalogado como un «supertifón».
Las autoridades filipinas han advertido que el impacto de «Mangkhut» puede ser tan devastador como el de «Haiyan», el último «supertifón» que arrasó el archipiélago en 2013 y que causó 6 mil 300 muertos, un millar de desaparecidos y 16 millones de damnificados.
El presidente filipino, Rodrigo Duterte, se reunirá esta tarde de nuevo con el centro de mando del Centro Nacional de Reducción de Desastres (NDRRMC) para revisar la respuesta conjunta de todas las agencias gubernamentales.
Duterte ha desplegado a miembros de su gabinete por todas las provincias que se verán más afectadas por el paso del tifón, donde viven 4.3 millones de personas, para que coordinen de primera mano las labores de emergencia.