El japonés Hirokazu Kore-eda se llevó la Palma de Oro de Cannes por “Shoplifters”, una dura y poética crítica social en una edición muy política del festival, que acabó con un palmarés en el que se han premiado historias sobre el racismo, la inmigración o la falta de libertad. Kore-eda, uno de los cineastas habituales de Cannes, ya había ganado el Premio del Jurado en 2013 y hoy consiguió la quinta Palma de Oro para un cineasta japonés por una película que fue muy bien recibida por su mezcla de tragedia, ternura y comedia, lo que le situó entre los favoritos para hacerse con el galardón.
Por otro lado, la actriz italiana Asia Argento irrumpió la clausura del festival con la siguiente aseveración: “En 1997, fui violada por Harvey Weinstein, aquí en Cannes”, al presentar el premio a la mejor interpretación femenina. “Quiero prever algo, Harvey Weinstein nunca más será bienvenido en Cannes”, afirmó la actriz, vestida de negro, convertida en símbolo del escándalo en torno al productor, acusado de un centenar de casos de acoso sexual y violaciones.
“Este festival era su coto privado”, deploró la intérprete que tenía 21 años cuando fue supuestamente violada por Weinstein. “Toda la comunidad le volvió la espalda, incluso quienes nunca denunciaron estos hechos. Y entre ustedes, en el público, hay a quienes deberíamos señalar con el dedo a causa de su comportamiento hacia las mujeres, un comportamiento indigno de esta industria”.
Casi al mismo tiempo que Argento hacía estas declaraciones, trascendía en la prensa que una actriz denunció el viernes por violación al cineasta y productor francés Luc Besson, una de las figuras más destacadas del cine galo, que ayer sábado negó los hechos.
En la estela del #MeToo, el Festival distribuyó durante el certamen 40 mil folletos recordando las penas acarreadas por acoso sexual, además de crear una línea telefónica para víctimas y testigos. El caso Weinstein no había sido comentado.