El Fondo Monetario Internacional anticipó el jueves que el crecimiento económico de América Latina y el Caribe caerá a niveles más bajos que hace una década y se desacelerará del 4% registrado en 2022 a un 1,6% este año.
Destacó, sin embargo, que la región ha sido “muy resiliente” frente a numerosos shocks que ha enfrentado en los últimos años y afirmó que la producción y el empleo han vuelto a niveles superiores a los que tenían antes de la pandemia de coronavirus.
Las previsiones, que son inferiores al promedio de 2,2% de crecimiento regional en la década de 2010, fueron dadas a conocer en momentos en que los países intentan controlar una fuerte inflación que en promedio alcanzó niveles cercanos al 15% en 2022. Aunque pareciera haber retrocedido en marzo al 7% en gran parte de las economías de la región, el FMI advirtió que esa baja se debe sobre todo a la caída del precio de las materias primas.
El pronóstico del FMI tiene lugar apenas una semana después de que el Banco Mundial advirtiera que la región deberá enfrentar vientos en contra este año y disminuyera sus previsiones de crecimiento anual de 1,7% a 1,4%, levemente por debajo de las del FMI.
La economía regional retrocedió a niveles no vistos en más de 100 años en 2020 por el impacto de la pandemia de COVID-19, con una contracción de casi un 7%. Un año después, en 2021, se recuperó con un crecimiento cercano al 7%, que se redujo al 4% en 2022.
A nivel mundial, los pronósticos tampoco son alentadores para este año: el crecimiento global caería desde el 3,4% registrado en 2022 al 2,8% en 2023. El FMI prevé que las economías avanzadas tengan una desaceleración del crecimiento desde 2,7% en 2022 a 1,3% este año.
Para mitigar el riesgo de “enquistamiento de la inflación” el FMI instó a los gobiernos latinoamericanos a impulsar una política fiscal más restrictiva que, según el organismo con sede en Washington, sería clave para reducir las presiones de la demanda junto a las políticas monetarias que ya se vienen aplicando.
“Restaurar la estabilidad de precios es primordial para una economía sana y, en particular, para proteger a los más vulnerables”, expresó Nigel Chalk, director interino del departamento del Hemisferio Occidental del FMI. “Asignamos una prioridad importante a que la inflación vuelva rápidamente a las metas de los bancos centrales”, indicó tras explicar que eso llevará a desacelerar la demanda e inevitablemente enfriará el mercado laboral.
Chalk ofreció sus comentarios en una rueda de prensa transmitida de manera virtual a través de la página del FMI y las redes sociales, al mismo tiempo que el organismo ofreció detalles de sus perspectivas en un blog que publicó en su página de internet.
La inflación, que en 2022 alcanzó el 14,7% en la región, descenderá a 11,8% este año, de acuerdo con las previsiones del FMI. Para el 2024 sería de 7,7%. Si bien la inflación se contrajo en gran parte de los países en marzo, el organismo adviritió que la inflación subyacente -que excluye los alimentos y la energía- pareciera haberse estancado y las expectativas a corto plazo superan las metas de los bancos centrales.
Al subir las tasas de interés los bancos centrales ya han hecho gran parte del esfuerzo para controlar la inflación, explicó Chalk. Sin embargo, dijo, debido al rezago que existe entre el momento en que se aplican las medidas y su efecto sobre la actividad económica, es posible que el impacto se materialice con más nitidez más adelante este año.
El economista indicó que con una política fiscal más restrictiva, los bancos centrales pueden reducir la inflación sin tener que subir tanto las tasas de interés. Vaticinó, no obstante, que las tasas permanecerán altas este año y posiblemente también en 2024.
“Calibrar la política fiscal en la actual coyuntura no será fácil”, apuntó Chalk. “Pero vemos que hay un camino”, aseguró.
Según el FMI, las autoridades tendrán que ahorrar sin hacer recortes de programas sociales o gastos de salud, educación o infraestructura. Pero “hay mucho margen para reducir ineficiencias en el gasto público” y eso también “podría ayudar a reparar la confianza en el gobierno”, dijo el organismo en el blog.
Según las previsiones del FMI, Chile será el único país de la región con recesión en 2023. En Argentina el crecimiento retrocederá a 0,2%, en Brasil a 0,9%, en Colombia a 1% y en México a 1,8%. En Panamá, que en 2022 tuvo un crecimiento del PIB del 10%, se desacelerará a un 5%, al igual que Venezuela.
La inflación, en tanto, será del 250% en Venezuela y del 88% en Argentina, los dos países con las tasas más elevadas. En Haití será del 31,2%, en Colombia del 8,4% y en Uruguay del 7%, mientras que en Guatemala y Honduras alcanzará el 6,4%.
Con información de AP