Francia cerrará sus fronteras a las personas que lleguen desde fuera de la Unión Europea a partir del domingo para intentar detener la propagación de nuevas variantes del coronavirus.
El primer ministro francés, Jean Castex, anunció la medida el viernes por la noche tras una reunión gubernamental de emergencia sobre seguridad sanitaria celebrada en el palacio presidencial, en la que advirtió del “gran riesgo” que suponen las nuevas variantes.
Además, dijo que se exigirá a todos los que lleguen de otros países de la UE que presenten un resultado negativo a pruebas diagnósticas del coronavirus. Francia cerrará todos los grandes centros comerciales a partir del domingo y limitará los viajes hacia y desde sus territorios de ultramar.
Castex ha ordenado que se intensifiquen los controles policiales para quienes infrinjan el toque de queda de 12 horas al día en Francia, celebren fiestas secretas o reabran restaurantes pese a la orden de cierre vigente desde octubre.
Los contagios, las hospitalizaciones y las muertes por el virus han aumentado de forma constante pero no brusca en las últimas semanas. Muchos médicos han instado a un nuevo cierre nacional como los impuestos en varios otros países europeos.
Castex dice que las medidas son un intento de evitar el coste económico de un tercer cierre. Actualmente, más del 60% de las camas de terapia intensiva están ocupadas por pacientes con coronavirus. Francia ha registrado 75.620 muertes, la séptima cifra nacional más alta del mundo.