El Partido Socialista (PSOE) venció en las elecciones europeas, regionales y municipales de este domingo en España, lo que amplía y consolida el éxito obtenido en las pasadas legislativas del 28 de abril, aunque su victoria quedó ensombrecida al perder la Alcaldía de Madrid.
El Partido Socialista fue el más votado a nivel nacional, tanto en las europeas con un 32,84 por ciento de los votos, como en las municipales, y fue también el preferido en la mayoría de las doce regiones en liza. A nivel europeo, el PSOE será el primer partido por número de escaños en el Grupo Socialdemócrata del Parlamento Europeo (PE), por delante de italianos y alemanes.
Detrás de los socialistas, el conservador Partido Popular (PP) logró 12 eurodiputados, por 7 del liberal Ciudadanos (C’s), 6 de la coalición izquierdista Unidas Podemos y 3 del ultraderechista Vox.
Además, dos líderes independentistas catalanes, Carles Puigdemont (buscado por la Justicia española y residente en Bélgica) y Oriol Junqueras (en prisión preventiva y sometido a juicio por el intento secesionista de 2017) lograron sendos escaños en el PE al frente de diferentes candidaturas.
A falta de cómo se desarrollen los pactos entre partidos, algunos de ellos regionalistas, los socialistas pueden mantener el control de casi todas las regiones que ya gobernaban, como Asturias, Baleares, Castilla-La Mancha y Extremadura.
El PSOE perdió Aragón pero recuperaría el Gobierno de otras dos regiones, Canarias y La Rioja. Aún así, los previsibles pactos entre la derecha impidieron una mayor concentración de poder territorial en manos de los socialistas.
El líder socialista, Pedro Sánchez, celebró su victoria, que se suma a la conseguida en las legislativas del 28 de abril, pero advirtió a los conservadores del Partido Popular (PP) y especialmente al liberal Ciudadanos (C’s) para que no pacten con el ultraderechista Vox en regiones y municipios.
Sánchez proclamó su orgullo por la victoria, que consolida al PSOE como la fuerza política más votada del país.
Pero también recalcó que los conservadores y liberales de la Unión Europea no entenderían una política de pactos con la ultraderecha, algo que ya ocurrió en diciembre pasado en la región más poblada, la de Andalucía.
El PP podrá mantener las regiones de Castilla-León, Murcia y Madrid, pero sólo con el apoyo de C’s y Vox, en un bloque de derechas, igual que muchos municipios, especialmente el de la capital.
La victoria socialista a nivel nacional se vio empañada por su pobre resultado en el ayuntamiento de Madrid, donde el PSOE logró sólo 8 concejales de un total de 57 y la coalición izquierdista que gobernaba la capital perdió su mayoría.
La Alcaldesa madrileña saliente, Manuela Carmena, anunció su retirada de la política y confió en que, a pesar de este resultado, «Madrid seguirá siendo una ciudad progresista, abierta, solidaria y participativa».
La región de Madrid, la más importante que se disputaba, también continuará en manos de la derecha.
El líder del Partido Popular, Pablo Casado, celebró los resultados en Madrid, donde aspiran a gobernar la ciudad y la región, tras la dura derrota que sufrió su formación en las legislativas de abril, en las que cosechó los peores resultados de su historia.
«El partido Popular ha iniciado la remontada. hemos vuelto», proclamó Casado, quien consiguió sostenerse en el puesto con estos resultados, que dejan al liberal Ciudadanos en la tercera posición y a una distancia confortable.
En Barcelona, la lista municipal más votada fue la del partido independentista ERC, aunque la división del voto entre varios partidos de izquierda y derecha, y nacionalistas o no, augura una gobernabilidad muy complicada.
Los resultados de Barcelona suponen un golpe para la lista antiindependentista encabezada por el ex Primer Ministro francés Manuel Valls, que sólo logró 6 de los 41 concejales.
Valls admitió que «ha fracasado» ya que no pudo frenar a los independentistas ni al «populismo» de la actual alcaldesa, Ada Colau, que fueron las dos opciones más votadas en la segunda ciudad de España.
En el conjunto de las diez ciudades más pobladas, los posibles pactos PP-C’s-Vox pueden arrebatar a la izquierda el control de Madrid, Zaragoza y mantener los de Málaga y Murcia.
La izquierda mantendría los de Sevilla, Valencia, Palma de Mallorca y Las Palmas, mientras que los nacionalistas vascos continúan dominando Bilbao y Barcelona es una incógnita.