Los Ángeles, 27 Dic (El Informador).- Con un toque de Barbara Stanwyck, una suntuosa oficina Art Déco y un lápiz labial en un mortal carmesí, Cate Blanchett interpreta a una mujer fatal en “Nightmare Alley” (“El callejón de las almas perdidas”), de Guillermo del Toro, con una ingeniosa adopción y subversión del arquetipo del film noir.
Si “Nightmare Alley” es una carta de amor de Del Toro al cine negro, el corazón de la película palpita en Lilith, la psiquiatra confabuladora de Blanchett. El personaje no entra hasta la mitad de la película, cuando el estafador de feria de Bradley Cooper, Stan, llama su atención con un acto mentalista en un club nocturno y ambos comienzan a conspirar juntos. Pero al hacerlo, Blanchett cambia la frecuencia de fábula de la película para evocar tonos más profundos de negro de su rico tapiz de sombras y destinos.
“Adaptamos el papel para ella, pero ese traje le quedó en el primer intento”, dice Del Toro.
En películas de época como “Carol”, “The Good German” (“El buen alemán”) y “The Aviator” (”El aviador”), Blanchett ha evocado antes un tipo clásico de estrella de cine de mediados de siglo. En “Nightmare Alley”, una adaptación de la novela de los años 40 llevada por primera vez al cine en una elogiada película de 1947, se desliza en el género apoyándose menos en la seducción de su personaje y más en su agudo intelecto.
“Lo que pensé que era oportuno y peligroso acerca de esta historia es que es una exploración de la verdad”, dijo Blanchett en una entrevista desde Brighton, Inglaterra. “Interpretar a un personaje tan deliberadamente misterioso y ambiguo me pareció realmente desafiante porque tienes que saber que están sucediendo muchas cosas, pero nunca te invitan a lo que ella está pensando exactamente”.
Es uno de dos papeles de Blanchett este diciembre que resaltan el engaño y la desinformación estadounidenses. En “Don’t Look Up” (”No miren arriba”) de Adam McKay, la actriz interpreta a la presentadora de un noticiero matutino que evade la noticia de un inminente apocalipsis de asteroides en favor de temas más livianos, como el atractivo sexual del científico interpretado por Leonardo DiCaprio.
Hay algo atemporal en Blanchett en “Nightmare Alley”, pero para ella, ambas películas están más definidas por lo oportunas que son.
“Fue un gran privilegio estar en una película ambientada en este punto particular de la historia de la humanidad”, dice. “Uno siempre debe estar atento a la época en la que se verá lo que está haciendo. Nunca sentí eso más profundamente que haciendo estas dos películas”.
Blanchett y del Toro habían discutido varios proyectos durante años, pero trabajaron por primera vez juntos en “Nightmare Alley”. La actriz también hace la voz de un personaje en la próxima cinta animada en stop-motion del director mexicano, “Pinocchio” (”Pinocho”), otra película sobre decir la verdad.
Del Toro siempre había querido rendir homenaje al cine negro. Su afecto por el género es profundo. En su obra anterior, la ganadora del Oscar a mejor película “The Shape of Water” (”La forma del agua”), hizo una referencia explícita a “Fallen Angel” (”¿Ángel o diablo?”) de Otto Preminger. El cineasta, un ávido coleccionista, dice que el retrato que cuelga en “Laura” de Preminger es “el único objeto por el que mataría”.
“Leí todo de (Raymond) Chandler justo antes de casarme”, dice Del Toro. “No estoy seguro por qué”
Del Toro escribió el guion de “Nightmare Alley” con la crítica de cine Kim Morgan, con quien se casó a principios de este año. Su preferencia por el film noir se inclina menos hacia la elegancia y más hacia lo sórdido, películas que habitan una psicología audaz.
“Me gustan estos personajes, como Bette Davis en ‘Beyond the Forest’ (’Perfidia de mujer’), que son demasiado inteligentes para su entorno”, dice. “Los apoyo no porque crea que hacen cosas buenas, sino porque estoy de acuerdo en que se quedan sin recursos en lo que parece un juego amañado. Ese es el noir que encuentro interesante”.
Una piedra de toque para “Nightmare Alley” fue “Too Late for Tears” (”Lágrimas tardias”) de 1949, una película cruel de cine negro protagonizada por Lizabeth Scott como un ama de casa que encuentra una bolsa llena de dinero en efectivo. Al saborear la oportunidad de liberarse de su esposo y más, el personaje de Scott se aferra al dinero. Del Toro y Morgan imaginaron a Lilith de manera similar dentro del contexto de una sociedad controlada por hombres.
“Francamente, es el personaje que me apasionaba por completo crear con Cate”, dice el director. “Ella es casi como una vengadora. Dijimos: sea lo que sea que le haya pasado en el pasado, ella está corrigiendo los errores”.
Para Blanchett, el término femme fatale sugiere una mujer diabólica, “como una sirena que busca atraer al hombre – siempre es el personaje masculino – a las rocas para destruirlo sin ninguna razón, aparte de que tiene impulsos diabólicos”.
Blanchett y Del Toro jugaron en vez con sutiles gradaciones en los motivos de Lilith. La actriz pensó que un diálogo era demasiado sencillo y Del Toro estuvo de acuerdo. Pero todavía lo cita con un poco de tristeza: “¿Sabes lo que es para una mujer como yo crecer en una ciudad donde el hombre más inteligente es simplemente una bestia estúpida?”
“Aunque no hay nada explícito que mi personaje Lilith diga sobre su pasado, existe la sensación de que ha sido dañada por el sistema, al que quiere quemar, y va a usar a Stan para hacerlo”, dice Blanchett. “Su fe en él y en los hombres que dirigen el sistema es inexistente”.
Del Toro filmó las escenas de Blanchett con Cooper, dice, como tres minijugadas de 5 a 10 minutos, con el movimiento y las perspectivas de la cámara contando una historia cambiante: un juego de ajedrez que sabemos que Lilith ganará.