Los Ángeles, 15 Jun (Cine Premiere).- Cuando Guillermo del Toro predicó a lo largo de la pasada temporada de premios que “la animación es cine, no un género“, siempre lo hizo con total respeto y sinceridad al gremio, tanto así que su futuro creativo estaría ahí. Así lo reveló el director tapatío en el marco del Festival Internacional de Cine de Animación de Annecy, que se lleva a cabo del 11 al 17 de junio en el sureste de Francia.
Como parte de las actividades del certamen, donde este año México es el país invitado de honor, el ganador del Óscar a Mejor película animada por Pinocho ofreció una conferencia magistral donde habló de cómo inició su amor por este medio de expresión artística y sus planes a futuro como cineasta.
Del Toro narró que comenzó a crear animación cuando tenía ocho años, usando la cámara Super 8 de su padre. Aunque siempre se imaginó trabajando en ese medio, recibió oportunidades temprano en su carrera en proyectos de acción real. Tras su trabajo La hora marcada y su ópera prima Cronos (1992), pasarían varios años para que el creativo mexicano volviera a involucrarse en proyectos animados.
“La vida tenía otros planes y no volví a la animación hasta que comencé a trabajar con Dreamworks, supervisando películas como Gato con botas y El origen de los guardianes”, recordó (vía Deadline).
Entre todas las técnicas de animación, queda claro por qué el director mexicano tiene una predilección por el stop-motion. Según sus palabras, la artesanía de un proyecto bajo estas condiciones facilita capturar la naturaleza imperfecta de los mundos creados y, por ende, reflejar el nuestro.
“Odio la perfección. Me encantan las cosas que parecen hechas a mano. Es por eso que pongo decorados físicos en ellas. Trato de evitar los escenarios digitales y los efectos digitales tanto como podamos. Me encanta el aspecto físico [del stop-motion]”, dijo el también responsable por El laberinto del fauno y La forma del agua. “El stop-motion es cine hecho a mano, tallado a mano. Si necesitas una silla en una película stop-motion, tienes que hacerla. Si necesitas una flor, tienes que hacerla”.
En stop-motion fue como él decidió producir su multigalardonada versión de Pinocho, y así es como llevará próximamente a la pantalla una adaptación de la novela El gigante enterrado, de Kazuo Ishiguro. Eso sin olvidar que Del Toro también ha insinuado que es con stop-motion como finalmente podría hacer realidad su largamente ambicionada iteración de En las montañas de la locura.
Fue entonces que Guillermo del Toro mencionó que, después de algunos proyectos adicionales en acción real, piensa dedicarse de lleno a la animación en el futuro. Estas fueron sus palabras:
“Hay un par de películas live-action más que quiero hacer, pero no muchas. Después de eso, solo quiero hacer animación. Ese es el plan”, expresó Del Toro (vía The Hollywood Reporter).
Si se mantiene firme en ese deseo, uno de los últimos proyectos en acción real sería una adaptación de Frankenstein para Netflix.