Los Ángeles, 25 Ene (Excélsior).- Fue su amigo, el actor Ron Perlman, quien le regaló tiempo atrás la novela El callejón de las almas perdidas, publicada en 1946 por William Lindsay Gresham, y que un año después tuvo una adaptación cinematográfica protagonizada por Tyrone Power.
Los 22 capítulos que conformaban dicha novela conectaron inmediatamente con Guillermo del Torro y él, atraído por la historia, se puso a trabajar junto la escritora Kim Morgan, su ahora esposa, en el guion de esta nueva versión cinematográfica de cine negro que cuenta dentro de su elenco con Bradley Cooper, Cate Blanchett, Rooney Mara, Toni Collette, Willem Dafoe, David Strathairn y el mismo Ron Perlman.
«La realidad es que es una película que fue muy difícil de hacer, una película que requirió toda una nueva serie de herramientas como director de cine y que me pidió disciplinarme de manera diferente a lo que había hecho durante 30 años. Fue una aventura extraordinaria con un amigo y compadre como Bradley Cooper, con quien tuve una colaboración profundísima, una aventura coescrita con Kim Morgan que significó volver a ser casi estudiante del cine clásico y creo que es una película extraordinariamente complicada en la que si no hubiera tenido colaboradores de primeara, se hubieran notado la falla aquí o allá, así que yo creo que es la película de la que estoy más orgulloso”, contó Guillermo del Toro en entrevista con Excélsior.
El realizador tapatío, quien en 2018 ganó el Oscar a Mejor Director por La forma del agua, estrenará este jueves el onceavo largometraje de su carrera, justo 75 años después de se estrenara la primera versión fílmica que fue protagonizada por Tyrone Power. En El callejón de las almas perdidas, que marca el debut de Del Toro en el cine negro, se cuenta la historia de Stanton Carlisle (Cooper), un ambicioso y misterioso hombre que tras su paso por una feria, y luego de haber aprendido trucos de adivinación, se posiciona como un referente cultural. Junto a su novia (Rooney Mara) adquiere un gran prestigio en la década de los 40 del siglo pasado hasta que conoce a la siquiatra Lilith Ritter (Cate Blanchett), con quien entabla una relación perversa y ambiciosa.
«Fue completamente casual (estrenar 75 años después). De hecho, lo que hicimos con la primera película fue decir: ‘No la veamos’, aunque ya la habíamos visto como cinéfilos, y quisimos abocarnos más al libro en el que están basadas ambas películas. Nuestra historia tiene homenajes puntuales como el tener una actuación especial de la hija de Tyrone Power (Romina Power), los gritos del geek (fenómeno de circo) que se oyen atrás son los originales de que se grabaron para la película del 47 y el cartel del geek es una reproducción del que aparece en primera”, comentó un Guillermo del Toro emocionado que dio la entrevista vía Zoom, sentado en una silla de terciopelo negro.
Una de las grandes sorpresas del filme fue el trabajo de Bradley Cooper, quien dejó de lado la imagen del típico actor hollywoodense para meterse en la sique de un hombre con un pasado turbulento.
«Nos compenetramos tantísimo como se puede trabajar entre un actor y un director. Su comprensión y descubrimiento del personaje fue extraordinaria. Todas las mañanas yo llegaba con el trabajo preparado, visualmente, pero descubríamos juntos qué iba a pasar. Me proponía algunas ideas y es un actor que sale 99 por ciento en pantalla, así que todo está en sus manos y yo estaba detrás de la cámara esperando a que él realizara el milagro”, compartió el tapatío.
El realizador de 57 años, quien actualmente está trabajando en una nueva versión de Pinocho, de igual manera se dio permiso de meter en El callejón de las almas perdidas un personaje que no aparece en el libro publicado en 1946 por William Lindsay Gresham y que en cierta forma es un homenaje a su infancia.
«Cuando yo era chico, nací en 1964, todavía había carpas y carnavales y la mujer araña que aparece en la película, que no está ni en el libro ni en la película de 1947, yo la vi de chiquito en una carpa debajo de un foco rojo y me impresionó mucho. Yo sabía que no era una araña, pero la imagen era muy poderosa. La puse ahí en la película y recuerdo que esa mujer araña decía: “Pobre de mí, que quedé así por desobedecer a mis padres” y esa frase es exactamente la que dice en la película. Y aunque no hay monstruos sobrenaturales en la película, la atmosfera de la película sí se siente mágica”, acotó del Toro.
Fue en mayo de 2021, cuando se encontraba afinando la postproducción del filme que se rodó en Canadá, cuando Del Toro se casó con la guionista de profesión y coescritora de El callejón de las almas perdidas, Kim Morgan. Ante la pregunta de cómo ha sido trabajar con su pareja, El Gordo, como le apodan en la industria, esbozó una enorme sonrisa que iluminó su rostro, evidenciando la felicidad que se ve en los enamorados.
«La realidad es que la película duró tanto que pasaron muchas cosas: Rooney Mara tuvo un hijo, nosotros nos casamos, Bradley Cooper perdió diez kilos, etc. La realidad es que todo eso se fundió con la vida, la película y mi vida no son diferentes y para mí son biografía, así que trabajar con Kim ha sido lo más divertido, lo más intenso, pero nunca en un mal rollo. Por eso llegó un momento en que dijimos: “Bueno, ya sobrevivimos la pandemia, el rodaje y escribir juntos, ya de aquí qué puede pasar, de aquí pal real”, compartió Del Toro junto con una sonrisa.