Los Ángeles, 29 Jul (Quién).- La mamá de Britney Spears apoya la petición de ‘La princesa del pop’ para que se obligue a su padre Jamie Spears a ceder el control sobre las parcelas de su vida personal y profesional que aún supervisa como uno de sus tutores legales, y se ha ofrecido a testificar en unos nuevos documentos judiciales obtenidos por el portal E! News esta semana.
Según su versión de los hechos, Lynne Spears empezó a involucrarse más a fondo en la tutela legal de su famosa hija a finales de 2018, en lo que define como un «período de crisis», y ahora ha descrito el comportamiento de su antiguo esposo hacia su hija usando palabras como «coacción, desconfianza, amenazas y castigos». Lynne también ha hecho referencia al «altercado» ocurrido entre Jamie -de quien ella se separó en el año 2002- y el mayor de los dos hijos de Britney , Sean Preston, de 15 años, que llevó al ex marido de la cantante, Kevin Federline, a solicitar con éxito una orden de alejamiento contra su antiguo suegro en 2019. «De todas las acciones que contribuyeron al fracaso de la relación de mi hija y el Sr. Spears, el altercado físico entre el Sr. Spears y sus hijos menores de edad, mis nietos, fue quizás el más atroz e inexcusable de todos, y destruyó comprensiblemente lo que quedaba de relación entre ellos», dijo Lynne. También aseguró que Jamie contrató a un médico especializado en mejorar el rendimiento deportivo de atletas de élite para que le recetara a su hija medicamentos que ella no deseaba tomar.
«Fui testigo de cómo ese mismo médico obligaba a mi hija, con el conocimiento del señor Spears y animado por él, a ingresar en un centro de salud al que no quería acudir, donde la amenazaban con castigarla si no se quedaba para someterse a un tratamiento médico que no deseaba recibir», añadió. En esos documentos, Lynne concluye que su exmarido es «incapaz de anteponer los intereses de mi hija a los suyos propios, tanto a nivel profesional como personal» e insiste en que el hecho de que siga siendo uno de los tutores legales de Britney «no es lo mejor» para la artista, que en la actualidad solo sentiría «odio y miedo» hacia su propio padre.