Elementos de la Policía Militar resguardaron una fuga de diesel en la localidad de San Lucas Atoyatenco, San Martín Texmelucan, después de que pobladores arribaron con cubetas para llevarse el combustible que se esparció en un terreno baldío.

De acuerdo con el parte oficial, un grupo dedicado a la ordeña llegó al paraje en la Calle Ignacio Zaragoza Norte, de la colonia Guadalupe Victoria, y comenzaron a sustraer el combustible pero perdieron el control y éste se fugó.

Debido a que se formó una laguna de diesel, habitantes de esa localidad salieron con cubetas para recoger el líquido.

Durante más de hora y media la gente tomó el combustible hasta que llegó la Policía Militar para asegurar la toma clandestina, y sin ningún tipo de incidente, quienes practicaron la rapiña se retiraron para no confrontarse con los militares.

En el punto participaron 60 elementos de la Policía Militar así como 10 de la Policía Estatal, además de una cuadrilla de personal de Seguridad Física de Pemex, que acudió para cerrar la toma y frenar la fuga.

Los vecinos del predio aseguraron que no observaron a los responsables de la ordeña, pero admitieron que es común este tipo de prácticas en las inmediaciones.

Ninguno de los que acudió a recoger el diesel que se derramó fue puesto a disposición de autoridades, ya que al observar la llegada del Ejército se apartaron de la zona.

Un par de personas dejaron abandonados garrafones.

Según datos gubernamentales, del 1 de enero de 2017 al 23 de septiembre de este año acumulan la detección de 2 mil 556 tomas clandestinas en la entidad, y un aseguramiento de 8.4 millones de litros de combustible, entre gasolina y diesel.

De acuerdo con las autoridades poblanas, el robo de combustible migró del Triángulo Rojo, que incluye entre otros Municipios a Palmar de Bravo, Quecholac y Tecamachalco, a el Corredor Tlahuapan-San Martín Texmelucan.

Elementos de la Policía Militar llamaron a la población a denunciar la presencia de ordeñadores para que las tomas clandestinas no pongan en riesgo sus vidas.

Apenas a mediados de septiembre una toma de gas en la Unidad Habitacional Villa Frontera puso en peligro a más de mil 200 familias a las que evacuaron, aunque finalmente lograron controlarla. (Con información de Reforma)