Una canoa de madera utilizada por los antiguos mayas y que se cree que tiene más de mil años fue hallada en el sur de México, informaron autoridades, como parte del trabajo arqueológico que acompaña a la construcción de un importante tren turístico.
La extremadamente rara canoa se encontró casi intacta, sumergida en una laguna de agua dulce conocida como cenote -uno de los miles que hay en la península de Yucatán-, cerca de las ruinas de Chichén Itzá, que fue una importante ciudad maya con templos elaboradamente tallados y pirámides imponentes.
Con un poco más de 1.6 metros de largo y 80 centímetros de ancho, la canoa posiblemente se usó para transportar agua del cenote o depositar ofrendas rituales, según un comunicado publicado la noche del viernes por el Instituto Nacional de Antropología e Historia, INAH.
El instituto describió el extraordinario hallazgo como «la primera canoa de este tipo que se encuentra completa y tan bien conservada en el área maya», y agregó que los expertos de la Universidad de la Sorbona de París ayudarán con el análisis de la madera para determinar su edad y tipo.
También se encargará un modelo tridimensional de la nave, agregó el comunicado, para facilitar el estudio adicional y permitir la realización de réplicas.
La canoa está fechada tentativamente entre 830-950 d.C., cerca del final del cénit clásico de la civilización maya, cuando docenas de ciudades en el sur de México y América Central de la actualidad prosperaron en medio de importantes logros humanos en matemáticas, escritura y arte.
La pieza fue hallada mientras los trabajadores que construían un proyecto ferroviario turístico promovido por el presidente Andrés Manuel López Obrador estaban inspeccionando el área que rodea el cenote, que está cerca de una sección del proyecto que conectará con Cancún, popular balneario de México.
López Obrador ha presentado el llamado Tren Maya como una infraestructura amigable para los turistas que ayudará a impulsar los estados más pobres del sur de México, mientras que los críticos argumentan que corre el riesgo de dañar los delicados ecosistemas de la región.
Fuente: Excelsior