El 5 de mayo de 1862 se dio el enfrentamiento entre los ejércitos de México y Francia, acontecimiento histórico registrado como “La Batalla de Puebla”, hecho que los mexicanos debemos conmemorar, aseguró Roberto Breña, doctor en Ciencia Política.
“Fue una de las pocas victorias de las armas nacionales en contra de otro país; fue sobre uno de los mejores ejércitos de la época; en condiciones desfavorables porque estábamos en inferioridad numérica y técnica, y fue en defensa de una invasión. Consecuentemente, hay muchos motivos para conmemorar esa batalla”, añadió el especialistas en el tema.
De acuerdo con Roberto Breña, doctorado en la Universidad Complutense de Madrid y Maestro en Filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), las repercusiones de ese acontecimiento en el México de hoy no son directas ni indirectas, “debido a que se trata de una batalla que tuvo lugar hace muchísimo tiempo en el país”.
Aseveró en entrevista con Notimex que “más allá de las exageraciones en las que se puede caer, de la retórica excesiva, o el nacionalismo, sí existen motivos para celebrar, aunque se ganó una batalla y al final México perdió la guerra”.
Precisó que el bélico enfrentamiento se dio en las cercanías de la ciudad de Puebla, en el ataque y defensa de los Fuertes de Loreto y Guadalupe, y que su importancia radica en que el ejército mexicano, al mando del general Ignacio Zaragoza, venció a una de las milicias más eficaces, reconocidas y respetadas en gran parte del mundo en esa época.
Breña desgranó los acontecimientos: «Lo que hizo esa batalla fue retrasar poco más de un año la toma de la Ciudad de México, porque a final de cuentas los franceses lograron tomarla, porque en 1864 inició el Imperio de Maximiliano que por cierto duró muy poco tiempo, debido a que los franceses decidieron retirarse en 1867 por su propia voluntad».
“En enero de ese año se dio el retiro voluntario de los franceses. No es verdad, como se dice en algunas partes, que los mexicanos terminaron derrotándolos militarmente. Ellos se fueron y los Conservadores fueron incapaces de mantener a Maximiliano como Emperador”, agregó.
Roberto Breña tiene estudios de Posgrado en Teoría Política en la Universidad de McGill, Montreal y una Licenciatura en Administración Pública por El Colegio de México y además, imparte diversos cursos en el Centro de Estudios Internacionales. Con ese bagaje cultural, señaló: “Hay motivos para ver esa batalla con ojos de orgullo”.
Anotó que un grupo de mexicanos, militares y políticos, se pusieron de acuerdo para dar la batalla y lograron derrotar a un ejército superior en términos numéricos y muy superior técnicamente. “Hay que recordar y conmemorar, porque se cuentan con los dedos de las manos los triunfos que el Ejército Mexicano ha tenido sobre tropas extranjeras”.
El entrevistado advirtió que el general Ignacio Zaragoza, un hombre de 33 años de edad en ese entonces, fue el principal responsable de la victoria de ese día. Lamentablemente, apenas cuatro meses después de esa batalla murió víctima de tifoidea. “Su hazaña ahí está y no hay nada que lo pueda mover o remover; fue una gesta admirable, motivo de orgullo”.
Tampoco, dijo, es recomendable no caer en un nacionalismo exagerado. “Veámoslo en su justa dimensión, que es enorme: Ignacio Zaragoza luchó con aproximadamente 4 mil 500 hombres a su lado, mientras los franceses eran alrededor de 6 mil 300”.