Tras su cierre obligatorio, el hotel Gilfer, que se ubica en el Centro Histórico, se enfrenta al reto de mantener limpias sus habitaciones y al mismo tiempo cumplir con un servicio de excelencia a sus huéspedes.
El hotel tiene una capacidad de 90 habitaciones, de las cuales sólo puede ofrecer 27 ya que todas las habitaciones deben mantenerse en las condiciones óptimas, pues después de la limpieza tienen que pasar por un proceso de desinfección de 48 horas.
Debido a la crisis que ocasionó la pandemia del nuevo coronavirus, el hotel trabaja para garantizar la seguridad de sus principales clientes que son empresarios y de cumplir con las medidas que piden las autoridades para evitar clausuras.
Por ello, han buscado la certificación de punto limpio, que otorgan las autoridades sanitarias.
Texto y Fotos: Daniel Casas / Es Imagen