Día con día la historia de México se escribe en tinta y papel de la mano de quienes se dedican a buscar y narrar los acontecimientos noticiosos más relevantes. Los periodistas, aquellos profesionales incesantes de su actividad que los lleva a enfrentarse a los peligros naturales de esa noble labor.
En 1722, durante la Nueva España, salió a la luz pública ‘La Gaceta de México’, el primer periódico mexicano de carácter noticioso. Su creador, Juan Ignacio Castorena y Úrsula, quien se desempeñaba más bien en labores eclesiásticas como sacerdote, es considerado el primer periodista de México.
El diarismo mexicano en 1805 surge de la mano de Carlos María de Bustamante al fundar el ‘Diario de México’; con un formato pequeño y considerado como el mejor periódico de la época al incluir diversos contenidos, circuló durante 12 años.
Posteriormente, con la promulgación de la libertad de prensa, la aparición y divulgación de diferentes folletos y publicaciones periódicas se hizo común, principalmente como instrumento para difundir información sobre las ideologías insurgentes. De ese modo, se dio la persecución de muchos periodistas de la época como el mismo José Joaquín Fernández de Lizardi, Carlos María Bustamante.
La promulgación del Plan de Ayala trajo consigo la creación de un mecanismo de prensa utilizado por la alianza de Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero para dar a conocer los ideales perseguidos por el Ejército Trigarante. Tras la muerte de Francisco Javier Mina siguieron apareciendo algunos semanarios dedicados a esta divulgación.
Una vez consumada la independencia de México creció el surgimiento de gacetas y diarios, entre otro tipo de publicaciones. Entonces la prensa comenzó a tomar una corriente diferente, dedicado a generar debate sobre la severa crisis política que atravesaba el país. Conforme las décadas pasaron, los periodistas comenzaron a consolidarse como un actor principal en la vida pública nacional.
Notables personajes del periodismo se dieron a conocer, como Guillermo Prieto o Francisco Zarco, cuya labor se dio a conocer en el ‘Monitor Republicano’; innovador periódico que imprimió un valor agregado al periodismo ampliando la oferta de contenidos durante la década de 1840. Por su parte, Lucas Alamán publicaba su diario ‘El Tiempo’, mediante el cual difundía propaganda política.
Ante esto, en 1853 llegó la Ley Lares, promovida por Santa Anna: Restringía la libertad de expresión. Años más tarde, dicha libertad fue impuesta nuevamente en la constitución de 1857. Por otro lado, durante la época del Imperio de Maximiliano, la política acaparó los contenidos de la prensa. En ese tiempo, algunos diarios comenzaron a utilizar la caricatura política como herramienta crítica.
Tras el triunfo republicano, las dos más grandes expresiones del periodismo se hicieron presentes nuevamente, con lo que temas literarios y políticos volvieron a aparecer, al tiempo que el número de periódicos era muy amplio y sus contenidos diversos.
Durante las dos décadas siguiente, la “modernización” de la prensa estuvo a cargo de periodistas como José María Vigil, Filomeno Mata, José Vicente Villada. La inclusión de diarios de vanguardia, así como el creciente número de tirajes, dio un rayo de luz al periodismo mexicano.
Los últimos años del siglo XIX y los primeros del XX se vio invadida por un vendaval de diarios en contra del régimen porfirista. Con ello surgieron publicaciones como ‘El Hijo del Ahuizote’ y ‘Regeneración’, este último, de los hermanos Magón, quienes fueron un contrapeso. Entre los principales periódicos de principios del siglo XX como ‘El Imparcial’, ‘El Mundo’, ‘El Mundo’ ponían en circulación más de cien mil ejemplares al día.
MANUEL CABALLERO
Originario de Tequila, Jalisco, Manuel Caballero, muy joven comenzó a trabajar en el ‘Semanario de Guadalajara’, su presencia en el periodismo pronto vio frutos, se trasladó a la capital del país para colaborar por varios años en ‘El Entreacto’, donde escribió principalmente de temas culturales. Posteriormente fundó y dirigió periódicos como ‘El Noticioso’, ‘El Clarín de Oriente’, ‘Revista Azul’, ‘La Semana de Puebla, entre otros.
Durante las celebraciones del centenario de la independencia de México, en 1910, participó en un concurso literario, con lo que se le otorgó el premio ‘Flor Natural’, por su composición ‘Juárez Épico’. A lo largo de su trayectoria obtuvo varios premios por su desempeño en el campo de la poesía. La labor reporteril de Caballero lo hace ser considerado como el padre de este oficio.
Finalmente murió un 3 de enero de 1926, con lo que dejó un legado que sobrevive hasta la actualidad. En junio de ese mismo año, el jefe de redacción de Excélsior propuso el nombre de Manuel Caballero para ser recordado cada año por los periodistas. El día nacional del periodista en México rinde cada año honor a Caballero.
La labor de los periodistas es parte fundamental de la vida nacional en nuestro país. A lo largo de los últimos años ha cobrado la vida de varios profesionales de la información, esto sin contar el número de agresiones, amenazas y hostigamiento que sufren en los diferentes ámbitos de su profesión.
No es esto coser y cantar. Hay que tragar mucha bilis, en el día y en la noche, para continuar en la trinchera sin retroceder un solo paso. Tenemos un programa definido y que jamás hemos alterado, y nos debemos a nosotros mismos la perseverancia para salir adelante”. Excélsior, marzo 18, 1937.
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