El huracán Michael se fortaleció a categoría 2 en su avance sobre las aguas cálidas del Golfo de México y se pronostica que alcance categoría 3 en la escala de Saffir-Simpson de 5, antes de tocar tierra mañana miércoles en la costa noreste de Florida.
Miles de residentes de las zonas bajas costeras recibieron la orden de desalojar y otros se preparaban con víveres y cubriendo sus casas con tablones para enfrentar el peligroso ciclón.
Los vientos de Michael aumentaron la mañana de este martes a 155 kilómetros por hora y su centro se ubicaba a 590 kilómetros al sur de Apalachicola, Florida, informó el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Miami.
Los meteorólogos advirtieron que la tormenta podría alcanzar la noche del martes la categoría 3 con vientos de hasta 179 kilómetros por hora y se prevé que el ciclón toque tierra el miércoles en la zona del Panhandle o Big Bend de la costa noroeste del golfo, donde las autoridades advirtieron que su llegada podría ser devastadora.
“Es una tormenta masiva y una amenaza mortal”, alertó este martes en rueda de prensa el gobernador del estado, Rick Scott, tras señalar que puede ser la tormenta “más destructiva que azote Florida en décadas”.
“Cada familia debe prepararse ahora”, advirtió Scott.
El gobernador informó que dos mil miembros de la Guardia Nacional y tres mil policías están listos para atender cualquier emergencia.
Evacuaciones obligatorias y voluntarias fueron ordenadas en los condados de Bay, Wakulla, Santa Rosa, Hernando y León, así como la apertura de albergues.
Los vientos con fuerza de huracán de Michael se extienden en un radio de hasta 56 kilómetros desde el ojo y los vientos con fuerza de tormenta tropical alcanzaban los 280 kilómetros.
Michael provocó intensas lluvias y vientos en el oeste de Cuba el lunes, y meteorólogos advirtieron que podría dejar hasta 30 centímetros de lluvia en esa zona, lo que podría provocar inundaciones repentinas y deslaves en zonas de montaña.
Las lluvias también están afectando los países de Centroamérica y las agencias de contingencias de desastre de la región reportaron 13 muertes por la caída de techos y personas arrastradas por la corriente de ríos.
Hasta ahora se reportan seis decesos en Honduras; cuatro en Nicaragua; y tres en El Salvador; mientras que en Guatemala se reporta un menor desaparecido, el cual fue arrastrado por las aguas de un río.