El programa de procuración de fondos llegó a su meta anual pese a los estragos de la pandemia, con lo que se benefició a más de 3,000 estudiantes.
El primer lobby de la Ibero Puebla tiene un nuevo rostro. Fue develado el Muro de la Gratitud, un espacio en el que descansan un conjunto de placas que conmemoran a los más de 100 donantes que se han sumado a la campaña Sigue adelante, la primera estrategia de procuración de fondos de la Institución para nutrir los apoyos a estudiantes.
Seis de cada diez alumnos de la Universidad Jesuita reciben algún tipo de apoyo financiero. Esto le supone a la Casa de Estudios una inversión de 140 millones de pesos al año, misma que es respaldada con entusiasmo por Mario Patrón Sánchez. “El Fondo Educativo Impulso Ibero Puebla ratifica el compromiso de ofrecer una propuesta educativa de excelencia académica y pertinencia social”, aseguró el Rector a los bienhechores.
El proyecto, reactivado en 2021 tras siete años de suspensión, también supone una oportunidad para estrechar alianzas de colaboración con miras a futuros esperanzadores. Patrón Sánchez celebró que la campaña fuera lanzada en coincidencia con el Año Ignaciano proclamado por la Compañía de Jesús.
Quienes impulsaron Sigue adelante lo aprecian como un proyecto amoroso que vela por el futuro no solo de los estudiantes presentes y futuros, sino de la sociedad mexicana. Elia Irigoyen García, directora general de Vinculación, destacó que la meta trazada para el primer año de la campaña fue alcanzada con éxito gracias a las aportaciones de personas físicas y organizaciones empresariales.
Como resultado, fue posible asistir a más de 3,000 jóvenes, muchos de los cuales encontraron en los apoyos un respiro para sus finanzas familiares a la luz de la pandemia. Se sinceró Irigoyen García: “Estos apoyos han cambiado la vida de muchos jóvenes. Hace unos años, yo también recibí un apoyo como este y pude estudiar”.
Una de los cientos de personas beneficiarias es Sofía Villete Cordier Carvajal. La joven expresó su gratitud por la oportunidad de descubrir el espíritu jesuita a través de sus estudios en la Licenciatura en Diseño de Interacción y Animación. “El acceso a una beca es más que un acto de caridad: es una oportunidad, una luz”.
Se dirigió también a los bienhechores, a quienes aseguró que sus contribuciones impulsarán a excelentes profesionistas a incorporarse al mercado laboral. “Gracias por creer en la juventud de México”, festejó, al tiempo que ubicó la educación como la solución a los problemas que comprometen la identidad de las personas.
Cualquier persona puede sumarse al programa Sigue adelante, pero ha sido la propia Comunidad Ibero Puebla la que ha dado el banderazo de salida. La egresada y excolaboradora Fabiola Rodríguez Montoya se asoció con la Universidad para difundir la procuración de fondos en su negocio, el restaurante Ramón Camarón.
Su contribución tras años de pertenecer a la Institución está inspirada en su convicción de que ‘ser para los demás’ —mantra de la Casa de Estudios— es la única forma de incidir en la realidad. “En este muro vivirá una parte simbólica de mí […] Hoy soy quien soy en parte por el despertar que me provocó la IBERO Puebla”.
También fueron los propios colaboradores quienes dieron el paso al frente. Juan Abud y Saint Martín, quien trabaja en el Instituto de Diseño e Innovación Tecnológica Dr. Carlos Escandón Domínguez, SJ (IDIT) desde tiempos fundacionales, señaló el Muro de la Gratitud como una forma de escribir en piedra un nuevo capítulo la historia de la Universidad.
Al bendecir el espacio, el P. Carlos Escandón Domínguez, SJ aseguró que el vestíbulo principal será un símbolo de que la Comunidad Ibero Puebla tiene abierto el corazón a esa gratitud que la ha acompañado desde su fundación en 1983. “Abramos nuestro corazón, pero también nuestra cartera”, bromeó Juan Abud, quien fue beneficiario de una beca en 1967.