El Ministro francés de Cultura, Franck Riester, señaló este jueves que hay tres zonas de Notre Dame que «siguen siendo frágiles», aunque la estructura principal de la Catedral esté fuera de peligro, y que se va a trabajar para limpiar y cubrir la bóveda y evitar allí nuevos hundimientos.
«Gracias al trabajo excepcional de los bomberos, se evitó lo peor», afirmó en entrevista al Canal BFMTV Riester, que en cualquier caso dijo no poder descartar todo riesgo de hundimiento y señaló en particular tres puntos problemáticos.
Se trata, en primer lugar, del frontispicio norte del transepto, en el que se ha estado trabajando en las últimas horas, y cuya situación ha mejorado. Ante la amenaza que eso suponía, fueron evacuados cinco edificios de viviendas contiguos.
También son motivo de preocupación el frontispicio oeste, por una escultura inestable de un ángel que va a ser retirada, y un ángulo del campanario sur, donde hay riesgo de que algún elemento se precipite sobre los órganos.
El Ministro igualmente hizo mención del riesgo de hundimiento de las bóvedas, más allá de los tres puntos en los que eso ocurrió durante el incendio.
Por eso se va a quitar todo lo que les cayó encima -esencialmente las vigas de madera y las placas de plomo de la techumbre- y se van a cubrir para protegerlas cuando llueva.
Más allá de esa protección, no excluyó la idea de cubrir la Catedral con la bandera francesa el 14 de julio, día de la Fiesta Nacional.
Por otro lado, el rector de Notre Dame, Patrick Chauvet, anunció este jueves que se levantará una «catedral efímera de madera» en la plaza que hay delante del emblemático edificio gótico para no privar a fieles y turistas durante los años que dure la reconstrucción.
Chauvet indicó que la Alcaldesa de la ciudad, Anne Hidalgo, respalda ese proyecto y ha aceptado prestar «una parte» de esa plaza.
El titular de Cultura, que reafirmó el «objetivo» fijado por el Presidente francés, Emmanuel Macron, de que la Catedral se reconstruya en cinco años, precisó que no cree que Notre Dame tenga que estar cerrada al público durante todo ese tiempo y reconoció que hay muchas ideas como la de la catedral «efímera».
Cuestionado sobre el costo de la reconstrucción, Riester respondió que no hay todavía una cifra, pero que por la experiencia la estimación es de «cientos de millones de euros».
Se negó a entrar en el debate que se ha generado en Francia después de que grandes fortunas y multinacionales francesas, a los que ONG y grupos políticos reprochan no contribuir como deberían con sus impuestos, hayan prometido ya donaciones de cerca de mil millones de euros para Notre Dame.
«No creemos polémicas vanas. Dejemos que se manifieste la solidaridad», replicó a esa cuestión, antes de poner el acento en que el Gobierno ha habilitado cuatro instituciones para que se encarguen de recoger las donaciones privadas para evitar estafas y garantizar que el dinero recaudado se dedicará «íntegramente» a la reconstrucción y al mantenimiento de la Catedral.