La Iglesia Católica de Portugal pidió este viernes perdón a las víctimas de agresiones sexuales cometidas por religiosos, tras la publicación de un informe que expuso miles de abusos sufridos por menores durante más de medio siglo.
«Con dolor pedimos perdón nuevamente a todas las víctimas de abusos sexuales en el seno de la Iglesia Católica de Portugal», indicó un comunicado de los obispos portugueses reunidos en la ciudad santuario de Fátima (centro).
El pedido de perdón tendrá una «expresión pública en abril» en Fátima y se erigirá un monumento para homenajear a las víctimas durante las próxima Jornada Mundial de la Juventud, a inicios de agosto en Lisboa, indicó la Asamblea Plenaria Extraordinaria de la Conferencia Episcopal Portuguesa.
«Reafirmamos (…) nuestra firme intención de hacer todo lo posible para que los abusos no se vuelvan a repetir», agrega el comunicado, que promete «tolerancia cero con todos los abusadores y con los que, de alguna manera, ocultaron los abusos llevados a cabo en el seno de la Iglesia Católica».
Además, ofrecieron apoyo a los fieles y sacerdotes de la Iglesia que «están sufriendo los impactos» de la investigación. «Les expresamos nuestra cercanía y aliento en la esperanza de que estas circunstancias nos impulsen a la renovación de la Iglesia misma», agregaron y manifiestan en su comunicado «tolerancia cero hacia todos los abusadores y hacia aquellos que, de alguna manera, encubrieron los abusos practicados dentro de la Iglesia Católica». «Las heridas infligidas a las víctimas son irreparables», agrega.
José Ornelas, el presidente de la Conferencia Episcopal de Portugal y obispo de Leiria-Fátima, explicó en rueda de prensa que se creará un grupo específico para apoyar a las víctimas, integrado dentro del Equipo de Coordinación Nacional de las Comisiones Diocesianas de Protección de Menores y Adultos Vulnerables.
Así, precisó que este grupo estará formado por «personas que no forman parte de la jerarquía de la Iglesia», pero que tiene un «punto de comunicación directa con la comisión». «Nuestro objetivo es tener credibilidad con las víctimas», sentenció. Otra de las medidas planteadas será ofrecer un seguimiento psicológico y espiritual a las víctimas si así lo desean. «Las diócesis serán las encargadas del seguimiento psicológico de las víctimas que así lo deseen», anunció, aunque no contempla medidas para detectar casos dentro de sus instituciones.
Por otro lado, dijo que las listas de los más de 100 presuntos abusadores han sido debidamente entregadas a las respectivas diócesis, aunque al ser preguntado por la prensa de si esos nombres podrán ser retirados de la Iglesia, Ornelas ha afirmado que «es cada obispo quien tiene que tomar las medidas a la luz de las normas civiles y canónicas».
«No puedo sacar a una persona del ministerio solo porque una persona dice que esa persona abusó de alguien (…) Hasta que no se demuestre mínimamente, no puedo. Sacar a alguien es una cosa seria», valoraron diciendo que desconocen cuántos de esos que aparecen en la lista están en activo.
El 13 de febrero, un informe elaborado por un grupo de expertos independientes reveló que miembros del clero católico portugués abusaron sexualmente de al menos 4 mil 815 menores desde 1950. Los abusos fueron encubiertos por la jerarquía eclesiástica de forma «sistémica», subrayaron en sus conclusiones, tras escuchar más de 500 testimonios.
Según el informe, los abusadores son en su mayoría hombres y el 77 por ciento eran sacerdotes. El mayor número de casos se produjo entre las décadas de 1960 y 1990, con «una cuarta parte del total denunciados entre 1991 y la actualidad». En cuanto al lugar donde se cometieron, el documento apunta a seminarios, internados e instituciones de acogida de la Iglesia Católica, confesionarios, sacristías y la casa del párroco.
Además, el informe señala que la edad promedio de las víctimas cuando comenzó el abuso era de 11.2 años. La comisión también ha revelado que la mayoría de los niños fueron abusados más de una vez y el 27,5 por ciento de los abusos duraron más de un año.
Con información de AFP y Europa Press