La Secretaría General, a través de la Unidad de Capacitación y Formación Permanente de la Cámara de Diputados, llevó a cabo la conferencia magistral “Parlamentos en la era digital: los retos para la democracia”, impartida por Rafael Rubio Núñez, director del grupo de investigación sobre tecnología y democracia de la Universidad Complutense de Madrid.
El director general de la Unidad de Capacitación y Formación Permanente de la Cámara de Diputados, León Aceves Díaz de León, dijo que es importante conocer el potencial que puede tener el uso de las tecnologías de la información y la comunicación como herramientas para fortalecer las actividades legislativas y administrativas, así como las reconfiguraciones que puede haber por el uso de estos instrumentos en el vínculo político y la relación entre las y los ciudadanos.
Implementar herramientas tecnológicas sí afecta a la articulación de la representación democrática
En su conferencia, Rubio Núñez dijo que con la pandemia se abrió un nuevo campo del uso de la tecnología para facilitar la participación de los representantes de los ciudadanos, sin la necesidad de su presencia en el Congreso; sin embargo, la implementación de herramientas tecnológicas sí afecta a la articulación de la representación democrática, porque tiene un efecto en la oralidad de la reflexión y en el principio de contradicción que tiene que regir las sesiones.
Afirmó que lo mismo ocurre con el voto, ya que afecta la libertad, integridad y voluntad de los parlamentarios. “Aquí es donde la pandemia nos hace reflexionar sobre cuáles son las garantías jurídicas para proteger la identidad, inmediación o cómo conseguir que las innovaciones tecnológicas no afecten sólo al ejercicio de sus funciones, sino también al papel del Parlamento en el sistema democrático”.
El especialista agregó que la ausencia de estas garantías afectaría a los ciudadanos en su derecho de representación. Opinó que los elementos básicos que deben tomar en cuenta a la hora de introducir innovaciones tecnológicas son la claridad y la deliberación.
Subrayó que la inteligencia artificial puede ser un instrumento que facilite la búsqueda de información, además de mejorar los procesos mecánicos, pero difícilmente se pueden plantear elementos que tienen que ver con la capacidad decisoria de ésta.
Comentó que la tecnología juega un papel esencial en el ámbito parlamentario porque va más allá de la operatividad técnica; no obstante, afecta el rol que el Parlamento debe asumir en su papel de intermediario entre la sociedad y las decisiones políticas, lo cual genera que los parlamentos tengan que dotar de mayor importancia a la representatividad.
Afirmó que el Parlamento es el órgano que debe liderar la confianza de los ciudadanos hacia la política. Consideró que no se debe limitar la introducción de la tecnología en el Parlamento, “sino adaptar las funciones a los requerimientos que la introducción de la tecnología genera a la sociedad”.
Es importante, dijo, cuidar que la introducción de la tecnología no altere la naturaleza de la institución y no cerrarse a la experimentación. “Creo que los parlamentos tienen que tener una apertura más grande, siempre en el ámbito de una comisión o de la elaboración normativa específica”.
Por otra parte, Rubio Núñez indicó que entre las ventajas de incorporar tecnología en el Parlamento se encuentra la democratización de la información, debido al acceso universal de la misma y a la oportunidad de cualquiera para convertirse en emisor. Asimismo, el diálogo se incrementa, lo que fortalece a las formas de democracia deliberativa y a que los ciudadanos se interesen más por la política.
Reflexionó que cuando se habla de implementar la tecnología en los parlamentos las instituciones deben entender cuál es su nuevo papel en la intermediación política. “Pensar en tecnología y en Parlamento es pensar cómo dar respuesta a las nuevas necesidades sociales”.