La líder de extrema derecha de Francia, Marine Le Pen, presentó el domingo un nuevo nombre para su partido Frente Nacional, con la esperanza de revitalizar la formación y reforzar sus posibilidades electorales luego de sus reveses en las elecciones presidenciales y legislativas del año pasado.
Le Pen dijo que los funcionarios del partido habían acordado el Rassemblement National, que puede traducirse como Encuentro o Concentración Nacional, como el nuevo nombre. Todavía debe ser aprobado por votación por correo de todos los miembros del partido en las próximas semanas.
«El nombre Frente Nacional tiene una historia épica y gloriosa que nadie debe negar», dijo Le Pen a una multitud entusiasta al final del congreso anual del partido en Lille. Pero también dijo que para muchos en Francia el nombre era un freno psicológico que les impedía unirse al partido o votar por sus candidatos.
Aún así, Le Pen dejó en claro que un nuevo nombre de ninguna manera cambiaría la plataforma antiinmigración, anti-Unión Europea y anti-globalización del partido. En su discurso, criticó la «inmersión» de los inmigrantes y contra el globalismo y el islamismo, dos ideologías que, aseguró, quieren dominar el mundo.
«Este es nuestro hogar», entonó la multitud después de que dijo «la inmigración ilegal y legal ya no es sostenible».
Le Pen habló un día después de la sorpresiva aparición de Stephen K. Bannon, el ex jefe de estrategia del Presidente estadounidense, Donald Trump, en un congreso del partido.
En un ardiente discurso el sábado, Bannon les dijo a los miembros del partido que dejaran que los llamaran racistas y elogió al Frente Nacional por enfrentarse al «establishment» político y económico de Francia.
Pero Le Pen sugirió en su discurso que el nombre «Frente Nacional» era demasiado reminiscente de la historia temprana del partido como un grupo marginal radical. Afirmó que el partido necesitaba atraer votantes fuera de su base y atraer a los aliados políticos, no antagonizarlos.
El Frente Nacional ha luchado por permanecer visible en el panorama político francés desde la derrota de Le Pen por el centrista Emmanuel Macron en las elecciones presidenciales del año pasado. El partido también tuvo un pobre desempeño en las elecciones legislativas posteriores.
«Debe quedar claro para todos que nos hemos convertido en un partido decidido a gobernar», dijo Le Pen. «Más que un proyecto, este nombre debe ser un grito de guerra, un llamado para unirse a nosotros».
Le Pen ha seguido una estrategia llamada «no demonización» desde que fue elegida en 2011 para dirigir el partido, que fue fundado por su padre, Jean-Marie Le Pen, en 1972.
La líder, quien en el domingo fue reelegida para un tercer mandato, ya que era la única candidata, ha tratado de superar las raíces racistas y antisemitas del partido.
El mayor Le Pen, quien fue expulsado del partido por su hija en 2015, recientemente calificó el cambio como suicida. No asistió al congreso del partido, donde el voto de los miembros del partido lo despojó de un título honorífico que aún conservaba .
Aunque los miembros del Frente Nacional se reunieron en Lille vitorearon y aplaudieron el anuncio de un nuevo nombre, aún no está claro cómo lo votará la gente de todo el país.
En una votación anterior sobre cambiar el nombre, solo una estrecha mayoría de los miembros del partido, el 52 por ciento, aprobó la idea.
Con información de The New York Times