Restauradores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) concluyeron con los trabajos de reparación en la Parroquia de Santa María de la Natividad y en el Templo de la Merced, en Atlixco, Puebla, que resultaron dañados durante los sismos de 2017.
La Parroquia de Santa María de la Natividad, que data del siglo XVII y es considerada la catedral de Atlixco, presentó afectaciones significativas en la fachada, que tuvo desfase o desprendimiento.
Sin embargo, quedó consolidada al ciento por ciento con inyecciones en las grietas, por lo que proseguirá la aplicación de pintura; dentro del inmueble hubo daños menores como pequeñas grietas y desprendimiento de aplanados.
Además, dos de las nueve capillas con las que cuenta registraron afectación en sus cúpulas por la caída de los pináculos que las perforaron, lo cual fue atendido por la Secretaría de Cultura y el INAH, encargadas de recuperar los inmuebles históricos.
A través de un comunicado, el arquitecto Fernando Bonilla, del Centro INAH Puebla, indicó que la cúpula principal de la parroquia tuvo fracturas importantes debido a la fuerza del sismo, aunque ya había sufrido daños por el movimiento telúrico de 1999, motivo por el cual fue consolidada y reforzada con un tipo de malla metálica que le ayudó a no colapsar.
“El reto más importante es recuperar la cúpula, y su gran altura es una dificultad a sortear. Se retiró el material dañado para reponerlo y se inyectaron las grietas para consolidarlas; el proyecto de intervención ya está aprobado”, detalló.
Una vez concluidas las labores de recuperación del inmueble, se comenzará con la restauración de la pintura mural, argamasas de diferentes materiales y bienes muebles que también presentaron daños, como un órgano del siglo XIX.
En cuanto al Templo de la Merced, del siglo XVII, ejemplo del barroco poblano, la cúpula colapsó y presentó daños en muros, coro, sotocoro y una parte de la bóveda, las cuales exhiben fisuras y grietas.
“Se analiza si se restituye la cúpula con los fragmentos, cambiarla por completo o reestructurarla con los elementos que se tenían anteriormente; cada alternativa es estudiada entre los arquitectos, ingenieros y restauradores”, informó Fernando Bonilla.
Agregó que se han consolidado los muros afectados a través de inyecciones, y se realizaron los repellados al interior y al exterior; aunado a la aplicación de la pintura en la mayor parte del recinto religioso; el inmueble cuenta con poca decoración mural, la cual fue protegida para su posterior intervención.
Por su parte, la Capilla del Tercer Orden de San Francisco, construida entre el siglo XVII y principios del XVIII reportó daños estructurales en la bóveda a causa de grietas, mismas que ya se consolidaron y se impermeabilizó la parte superior; los muros no presentaron daño estructural, solo se hicieron trabajos de cosidos, inyecciones y repellados en los laterales.
El arquitecto José Luis Abad Miranda, de la empresa encargada de los trabajos de recuperación, bajo la coordinación y seguimiento del Centro INAH Puebla, contó que, a lo largo de la bóveda, el sismo generó grietas a los costados y en el centro, mismas que se extendieron y partieron los arcos que sostienen la cúpula.
Tras asegurar y apuntalar los elementos en riesgo, se procedió a la consolidación de muros laterales, a través de inyección y cosido; después se le hizo un tratamiento impermeabilizante y se cubrió con petatillo de barro, que ayudará a evitar filtraciones de agua y humedad, lo que permitirá restaurar, posteriormente, los siete retablos que tiene el templo.
“La capilla ya está consolidada al cien por ciento, aunque todavía se realizan trabajos que no son de tanto riesgo, como los que hacen en la parte baja del coro, donde se consolidan los muros que faltaban”, refirió.
Fernando Bonilla complementó que se elabora el proyecto ejecutivo para intervenir los retablos que ya presentaban deterioro previo al sismo, y de momento están apuntalados; asimismo, los trabajos de restauración incluirán el retablo principal y dos pinturas laterales de gran formato.
Otro de los inmuebles dañados severamente fue el Ex Convento del Carmen, edificado a principios del siglo XVII y concluido a mediados del XIX, principalmente en las cúpulas del templo, de las cuales cuatro están fracturadas y a punto de colapsar, por lo que analizan cómo reestructurarlas o sustituirlas.
La arquitecta Reyna Salinas, de la constructora que ejecuta las labores de restauración en el inmueble bajo la supervisión del INAH, compartió que los daños principales son en cúpulas, escaleras, la fachada oriente del templo y losas del lado de las crujías poniente.
“Se han consolidado muros para estabilizar la estructura del templo, que es la parte más antigua del complejo conventual, y se aseguró la mampostería; asimismo, se presentan varios proyectos con el arquitecto Rafael Barquero, del Centro INAH Puebla, para ver de qué manera se puede intervenir el inmueble”, concluyó.