Los incendios en la Amazonía son “una tragedia internacional y una contribución peligrosa al caos climático”, afirmó Christian Poirier, director del programa de Amazon Watch, organización sin fines de lucro fundada en 1996.
“Esta devastación está directamente relacionada con la retórica antiambiental del presidente (brasileño, Jair) Bolsonaro, que erróneamente enmarca las protecciones forestales y los derechos humanos como impedimentos para el crecimiento económico de Brasil”, indicó.
En un discurso en Brasilia, Bolsonaro dijo que los incendios fueron causados por acciones humanas y “podrían haber sido impulsados por las ONG’s porque perdieron el dinero que recibieron”.
El mandatario declaró “no estoy diciendo que las ONG’s sean responsables de los incendios, estoy diciendo que aquí hay un crimen contra el qué luchar”, pero “hay un interés de las ONG’s, que representan intereses diferentes a los de Brasil”.
Brasil alberga el 60 por ciento de la selva amazónica, que es un regulador clave para los sistemas vivos del planeta y también para la tasa de lluvia del país. Sus árboles absorben alrededor de dos mil millones de toneladas de dióxido de carbono por año y liberan el 20 por ciento del oxígeno del planeta.
El territorio amazónico incluye parte de Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guyana, Surinam y Guyana Francesa, en un área de 7.8 millones de kilómetros cuadrados, en el corazón de Sudamérica. Los bosques amazónicos cubren unos 5.3 millones de kilómetros cuadrados, 40 por ciento de la superficie mundial de bosques tropicales.
Moira Birss, directora de la campaña de finanzas de Amazon Watch, dijo que “los pueblos indígenas de la Amazonía han estado haciendo sonar la alarma sobre los riesgos para la selva tropical durante años y resistiendo la destrucción, a veces a costa de sus propias vidas”.
“Ahora que el mundo finalmente está prestando atención, es importante comprender también que los gobiernos y las empresas en todo el mundo están envalentonando las políticas tóxicas de Bolsonaro cuando firman acuerdos comerciales con su gobierno o invierten en empresas agroindustriales que operan en la Amazonía”, puntualizó.
En su sitio web, Amazon Watch precisa que fue creada en 1996 y se autodefine como una ONG sin fines de lucro dedicada a proteger la selva tropical, así como promover los derechos de los pueblos indígenas en la cuenca del Amazonas.
Señala que el Amazonas es el sumidero de carbono terrestre más grande del mundo y desempeña un papel fundamental en la regulación del clima global.
El objetivo de la organización es proteger la selva tropical cada año al asociarse con los pueblos indígenas, que considera los mejores administradores del bosque, para desafiar directamente los poderes corporativos y gubernamentales que amenazan la Amazonía y el clima.
Los incendios forestales en Brasil, en su mayoría en la selva amazónica, han batido récord en lo que va del año, con un total de 72 mil 843 focos, lo que se traduce en 83 por ciento más con respecto al mismo periodo de 2018, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE).
Hasta el pasado 20 de agosto, el INPE reportó un total de 72 mil 843 incendios en el país desde enero pasado, lo que indica la cifra más alta desde que la agencia de investigación espacial inició los registros en 2013.
Los datos revelan que en 2018 se reportaron 39 mil 759 incendios, y solo desde el jueves pasado, las imágenes de satélite detectaron más de nueve mil 500 nuevos siniestros, en su mayoría en el llamado “pulmón del mundo”, considerado vital para detener el acelerado ritmo del calentamiento global.
Los incendios, tan intensos que se pueden ver desde el espacio, han alcanzado Bolivia y Ecuador.