Sí, una alarma a las 5am y un checador en la oficina a las 9 no es la vida soñada, sin embargo, el trabajo es necesario para solventar nuestros gastos y darnos nuestros gustitos.

Pese a esto, en la actualidad miles de jóvenes deciden enfocarse en hacer crecer sus seguidores en lugar de conseguir un trabajo formal ¿la razón? es más sencillo subir una fotografía que realizar un informe anual detrás de un escritorio.

Esto lo sabe bien Jessy Taylor, una influencer que llegó a tener 113 mil seguidores en su cuenta de Instagram.

Lamentablemente -para ella-, un día alguien denunció sus fotos y la plataforma cerró su cuenta.

La joven no pudo soportar la tragedia y subió un video a YouTube llorando porque ‘tendrá que trabajar nuevamente’.

Taylor indicó entre lágrimas que su Instagram era su única fuente de dinero, por lo que ahora se había quedado sin un ‘trabajo’ que le permitiera cubrir sus gastos.

No soy nada sin mis seguidores, era más de 113 mil, antes era una prostituta y no quiero volver a esa vida», expresó.

En el video señaló que no sabe hacer nada porque no estudió por falta de recursos.

Mi familia me abandonó y varias personas me dieron la espalda dejándome sola (…) tengo deudas que superan los 20 mil dólares, no tengo un título porque no pude estudiar una carrera precisamente por falta de recursos y para vivir me tocaba trabajar en un McDonald’s”, aseguró.

Como era de esperar, la grabación se viralizó.

La joven creó una nueva cuenta de Instagram, hasta el momento ha sumado más de 8 mil seguidores.

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