En enero 2020, Puebla se ubicó en el segundo lugar nacional en materia de feminicidios. Se trata de una agravante que merece espacios de reflexión para comprender sus causas y proponer soluciones sistemáticas
Los asesinatos de Ingrid Escamilla y Fátima Cecilia fueron el acabose en materia de género desde perspectivas periodísticas, psicológicas y jurídicas. Tan solo en Twitter, los hashtags #JusticiaParaIngrid y #JusticiaParaFátima generaron un tráfico de 220 mil menciones.
La exposición del cuerpo de Ingrid representó un llamado a cuestionar y confrontar el sensacionalismo mediático. “Exhibir el cuerpo descarnado de una mujer es revictimizar. A pesar de los años para reformarse, los medios no han cambiado.” Así lo expuso Ana Lidya Flores Marín, directora de Comunicación Institucional, en un conversatorio en torno a los contextos, discursos y prácticas para erradicar los feminicidios celebrado en la Ibero Puebla.
Periodista de formación, se refirió a la dramatización, descontextualización e individualización del relato como una dinámica discursiva de los medios sensacionalistas. “El lenguaje irracional apela al subconsciente colectivo a través del lenguaje popular”.
En consecuencia, siguió, los reclamos de las mujeres provocaron que el Diario La Prensa tuviera que emitir una editorial en su primera plana a manera de justificación. Denunció que la normalización de la violencia ha escalado a las audiencias, pues la desmesura prevalece en el ejercicio de periodismo ciudadano con los dispositivos personales y redes sociales.
Flores Marín concluyó que las protestas inéditas dan foco a un trabajo de todos los días: indicar a los medios masivos de comunicación los alcances y limitaciones en el abordaje ético de los hechos informativos.
Desde la ciencia jurídica, Simón Alejandro Hernández León, coordinador de la Licenciatura en Derecho, reconoció que su disciplina puede caer en prácticas contradictorias que, en consecuencia, no corresponden con la realidad. Esto impacta directamente al ejercicio del derecho sin perspectiva de género: “Los Parlamentos producen normas desde una visión machista del mundo”.
Sobre la autonomía del feminicidio como delito, informó que, en algunos escenarios, se le ha considerado una agravación del homicidio. “En un comienzo, el estado de Chihuahua tipificaba como feminicidio todas las muertes de mujeres, sin tomar en cuenta las razones de género”.
Hernández León indicó que la función política de tipificar el feminicidio consiste en visibilizar, definir e investigar adecuadamente una problemática específica. De manera jurídica, continuó, abre la puerta a una intervención correcta. No obstante, las medidas establecidas no se están cumpliendo.
Concluyó refiriéndose al desafío de comprender que el castigo no resuelve las dinámicas de violencia ni ofrece enmendar los daños a nivel general. De igual manera, urgió en la necesidad de legislar y enjuiciar con perspectiva de género. “Desde la abogacía, además de las sanciones, ¿qué más podemos hacer?”, se preguntó.
En cuestiones de violencia, todo está entrelazado. Por eso nos duele como sociedad: cada vez nos trastoca con mayor cercanía. De ahí que la comunidad estudiantil de Puebla reclamara mayor seguridad durante la Megamarcha. Así dio lectura José Gabriel Licea Muñoz, miembro fundador de Construyendo Equidad.
Centrando su intervención en el rol de los hombres, reflexionó que, si bien el fenómeno de violencia de género no es nuevo, sí ha abierto el entendimiento entre generaciones como parte de un hartazgo generalizado. “Es importante que los hombres nos podamos ver al espejo: ¿qué estamos haciendo frente a estos problemas?”.
Los grupos de trabajo de masculinidades son escenarios necesarios que, no obstante, exhiben múltiples obstáculos y resistencias: “Como hombres, cuestionar nuestra autoridad es muy difícil de soportar. Además, no estamos acostumbrados a recibir el cariño de otro varón”, reconoció Licea Muñoz.
Concluyó haciendo un llamado a tejer puentes generacionales para realizar un intercambio de posturas y acciones prácticas. “Tenemos que atrevernos a mirarnos a través del espejo de la violencia que ejercemos, pues tenemos que ser creativos para transformar eso”, cerró.