Adentrarse en la ruta de la innovación social demanda enfatizar el acompañamiento, aceptar la incertidumbre y afrontar los riesgos que supone emprender en la era Covid.
De manera conjunta, la Ibero Puebla, la Ibero Ciudad de México-Tijuana y el ITESO de Guadalajara iniciaron la Semana de Innovación para la Transformación Social en un Nuevo Mundo, un ciclo de conferencias en línea que busca promover el desarrollo tecnológico con fines de desarrollo social y comunitario.
En su mensaje de bienvenida, Luis Arriaga Valenzuela, SJ, Rector del ITESO, deseó los aprendizajes generados en la jornada impulsen las innovaciones necesarias para hacer más habitable el mundo. “Las dinámicas de cambio previas a la pandemia han presentado un vuelco; algunas incertidumbres se han profundizado, en tanto que otras han emergido”.
Las universidades contribuyen a preservar lo que la humanidad ha aprendido, pero también tienen la responsabilidad de crear y proponer un mundo nuevo. Por ello, las reflexiones deberán ir encaminadas hacia una innovación con convicción que permitan el desprendimiento de aquellas certezas que moldearon la vida y hoy se han agotado.
De manera específica, las universidades jesuitas apuestan por un futuro justo donde las oportunidades de desarrollo sean para todas las personas. La innovación, precisó Arriaga Valenzuela, no ha de ser vista como el motor del capitalismo, sino para el bienestar común. Para lograrlo, la ciencia y la tecnología deben aportar a la inclusión y al desarrollo de valor comunitario sin ceder a la racionalidad tecnocrática.
En complemento, Saúl Cuautle Quechol, SJ, rector de la Ibero Ciudad de México-Tijuana, señaló que los colegios confiados a la Compañía de Jesús tienen el compromiso de generar proyectos colaborativos en tiempos en los que la pandemia nos llama a transformar la realidad a través de la innovación.
Es por eso que, para Aristarco Cortés Martín, director del Instituto de Diseño e Innovación Tecnológica (IDIT) de la Ibero Puebla, el evento puede ser una fiesta de la innovación centrada en las personas. La colaboración entre universidades, empresas y sectores sociales, dijo, será fundamental en un mundo cada vez más incierto, lo que contribuirá a que todas las partes salgan fortalecidas en el horizonte pospandémico.
En una realidad marcada por la hiperconectividad, la oportunidad de parar y analizar cómo reanudar los sistemas con carencias no puede ser desaprovechada. “Urge que enfoquemos nuestra capacidad innovadora para diseñar nuevas soluciones a viejos problemas”, indicó Alma Delia Ramírez Sabat, socia y directora de Unboxed.
Ante el llamado a ser más humanos y a volcar el desarrollo tecnológico hacia las personas, por lo que invitó a hacer la transición hacia paradigmas que contribuyan a consolidar un sistema más colaborador y menos competitivo, donde se diseñe el futuro que las generaciones futuras merecen.
Los últimos diez años han marcado un hito en la historia de México en la apertura a la innovación y el diseño, donde se busca no solo garantizar el éxito de mercado, sino solucionar las problemáticas de los clientes y las empresas. Así lo repasó Eduardo Velázquez Tinajero, líder del CoE de Innovación de Walmart México y Centroamérica.
El reto más grande está en generar una gran sinergia entre los diferentes integrantes de la sociedad. “La innovación y las personas que nos dedicamos a ella debemos tener las habilidades para contar historias y crear nuevas propuestas”. El diseñador deseó que el impacto pueda escalar al rediseño de políticas públicas que tengan impacto en las personas destinatarias de esta innovación.
Sembrar e impulsar dichas habilidades es parte quehacer de las universidades jesuitas. Como sugiere Jorge Meza Aguilar, director general de Vinculación Universitaria Ibero Ciudad de México-Tijuana, es vital formar a las y los mejores profesionales para el mundo y actuar críticamente frente a las problemáticas sociales.
Durante el acto inaugural, los panelistas tuvieron la oportunidad de reflexionar sobre la innovación en contexto de exclusión y carencias sistemáticas. Meza Aguilar reconoció el reto amplio de hacer llegar la educación a comunidades indígenas y rurales, mismo que concierne a gobiernos, empresas y universidades. Una solución probada es el sistema de radios comunitarias, modelo impulsado por las universidades jesuitas.
De igual manera, Aristarco Cortés compartió que la Ibero Puebla ha configurado un sistema de microaprendizaje a través de la enseñanza del tzeltal en formato de podcast. En complemento, Ramírez Sabat propuso democratizar la oportunidad de generar impacto; esto es, propiciar que sean las personas que viven las dificultades las que propongan y configuren las soluciones a dichos problemas.
Sobre el costo de innovar, los panelistas coincidieron en que las inversiones económicas compensan cualquier carencia derivada de no apostar por el desarrollo innovador en primer lugar. De igual manera, invitaron a construir una cultura de mejora continua que impacte en todos los sectores sociales.
Durante cinco días, la Semana de la Innovación celebrará paneles, mesas de trabajo y actividades formativas en línea encabezadas por expertos locales e internacionales. Entre los temas que se discutirán, destacan el diseño, la ciencia de datos, el comercio, el derecho, la innovación desde ámbitos educativos y la gestión de proyectos en tiempos de crisis.