Irán enfrentaba este viernes nuevas sanciones, al día siguiente de la primera ejecución de un condenado implicado en el movimiento de protestas antigubernamentales, que suscitó más llamados a la población a seguir manifestándose y una gran condena internacional.
La República Islámica defendió que está actuando con la «mayor moderación» frente a la ola de protestas desencadenada por el deceso de Mahsa Amini, una kurda iraní de 22 años que murió el pasado 16 de septiembre tras ser arrestada por la policía de la moral por vulnerar el código de vestimenta, que obliga a las mujeres a llevar velo.
Mohsen Shekari fue ahorcado el jueves, tras haber sido condenado por bloquear una calle de Teherán y herir a un paramilitar el 25 de septiembre, al cabo de un proceso legal que varios grupos de defensa de los derechos humanos tacharon de «farsa».
El poder judicial afirmó que el hombre, de 23 años, fue arrestado tras haber apuñalando con un machete a un miembro de la milicia Basij, una fuerza paramilitar relacionada con los Guardianes de la Revolución de Irán, provocándole una herida que requirió 13 puntos de sutura.
El anuncio despertó indignación en el extranjero. Varias oenegés advirtieron que próximamente podrían efectuarse nuevas ejecuciones. En respuesta, el Reino Unido impuso una tanda de sanciones, incluyendo a funcionarios iraníes a los que acusó de imponer «sentencias atroces» contra manifestantes.
Amnistía Internacional se declaró «horrorizada» por la ejecución, que «muestra la falta de humanidad del supuesto sistema judicial iraní», por el que muchos otros tendrán que lidiar con «la misma suerte». Mahmood Amiry-Moghaddam, director de la oenegé Iran Human Rights (IHR), radicada en Noruega, pidió una respuesta firme por parte de la comunidad internacional para impedir que la República Islámica siga aplicando la pena capital.
Shekari fue «sentenciado a muerte en una farsa judicial sin un debido proceso», señaló.
Más manifestaciones en Irán
Shekari fue enterrado 24 horas después de su ejecución en presencia de unos cuantos familiares y de fuerzas de seguridad en el cementerio Behesht-e Zahra de Teherán, según el portal del medio 1500tasvir. Su ejecución derivó en más protestas y llamados a manifestarse.
Por la noche, los manifestantes se concentraron en la calle en la que fue detenido Shekari, gritando: «¡Nos quitaron a nuestro Mohsen y nos devolvieron su cuerpo!», según un video compartido por 1500tasvir. En el distrito Chitgar de la capital, se escuchó el lema «Muerte al dictador» y «Muerte a Sepah», en alusión al líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, y a los Guardianes de la Revolución.
Hamed Esmaeilion, un activista canadiense-iraní que organizó protestas en Berlín, París y otras ciudades, afirmó que para este fin de semana se convocaron más marchas.
«Al margen de las creencias y de la ideología, participen en estas concentraciones de protesta contra la brutal ejecución de #MohsenShekari», tuiteó.
Según 1500tasvir, la ejecución de Shekari se organizó con tantas prisas que su familia todavía estaba esperando el resultado de su apelación. Los países occidentales también expresaron su consternación.
Estados Unidos calificó esta primera ejecución de «escalada nefasta» y aseguró que hará «responsable al régimen iraní por la brutal violencia que está cometiendo contra su propio pueblo». Alemania convocó al embajador iraní tras la ejecución y su ministra de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock, aseguró que «el desprecio del régimen iraní por la vida humana no tiene límites». Austria, Francia e Italia también condenaron la ejecución.
«Moderación», exige Irán
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk, calificó la ejecución de «muy preocupante» y afirmó que, con ella, el gobierno busca «enviar un mensaje» de miedo a los manifestantes. Pero el régimen iraní defendió sus políticas y acusó a los occidentales de hipocresía.
«Para contrarrestar los disturbios, Irán ha mostrado la mayor moderación y, al contrario que numerosos regímenes occidentales […] utilizó métodos antidisturbios moderados», señaló el Ministerio de Relaciones Exteriores en un comunicado. «Igual que en el proceso judicial: moderación y proporcionalidad», tuiteó el jueves por la noche.
La organización IHR, que afirma que al menos 458 personas murieron en la represión de las protestas, advirtió que Irán ejecutó este año a más de 500 personas. El martes, un tribunal iraní condenó a muerte a cinco personas por haber matado a paramilitares durante las protestas, con lo que ya son once las sentencias de muerte, alertaron grupos de defensa de los derechos humanos.
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