El ejército israelí presentó el lunes un plan para la «evacuación» de civiles de áreas de conflicto, luego de que el primer ministro Benjamin Netanyahu prometiera lanzar una ofensiva terrestre en la superpoblada ciudad de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza.
El operativo planeado despertó temores de una matanza masiva de civiles en Rafah, donde se aglomeran 1,4 millones de palestinos desplazados por la guerra entre Israel y el movimiento islamista Hamás.
También es el principal punto de entrada para la ayuda humanitaria desde Egipto, requerida desesperadamente ante la crisis humanitaria en Gaza.
«El (ejército israelí) presentó al gabinete de guerra un plan para evacuar civiles de áreas de combate en la Franja de Gaza, junto con un plan operativo», indicó el despacho de Netanyahu en un comunicado.
Previamente, el primer ministro afirmó que la ofensiva contra Rafah solo se vería «demorada» en caso de alcanzar un acuerdo de alto el fuego.
Representantes de Egipto, Catar, Estados Unidos e Israel, junto a enviados de Hamás, celebran en Doha una nueva ronda de negociaciones para una cese el fuego, informó una televisión egipcia.
«Si no tenemos un acuerdo, lo haremos de todos modos», señaló Netanyahu sobre la ofensiva en Rafah, en una entrevista con la cadena estadounidense CBS.
«Tiene que hacerse porque la victoria total es nuestro objetivo y la victoria total está al alcance», añadió.
En tanto, la situación en la Franja de Gaza no deja de empeorar y 2,2 millones de personas, la inmensa mayoría de la población, se enfrentan a una «hambruna masiva», según la ONU.
Los bombardeos no cesan y la ayuda humanitaria entra a cuentagotas por el paso de Rafah, y depende del visto bueno de Israel, que impuso un asedio total en Gaza.
Un corresponsal de la AFP dio cuenta de cientos de personas abandonando sus hogares para dirigirse a otras zonas del territorio, gobernado por Hamás desde 2007 y sometido a intensos bombardeos israelíes desde el 7 de octubre.
La guerra estalló ese día cuando milicianos islamistas mataron a unas 1.160 personas, en su mayoría civiles, en el sur de Israel, y secuestraron a unas 250, según un balance de AFP basado en datos israelíes.
En respuesta al ataque, Israel lanzó una ofensiva aérea y terrestre que ya provocó 29.692 muertos en Gaza, en su gran mayoría civiles, según el Ministerio de Salud del territorio palestino.
«Vine caminando (…). No tengo palabras para describir el tipo de hambruna que se extiende ahí», contó Samir Abd Rabbo, de 27 años, que llegó a Nuseirat, en el centro de Gaza, junto a su hija de un año y medio.
«No hay leche [para mi hija]. Trato de darle pan que preparo a partir de forraje, pero no puede digerirlo (…). Nuestra única esperanza es la ayuda de Dios», contó.
Aun así, todavía puede «evitarse» una hambruna en Gaza si Israel permite que las agencias humanitarias envíen allí «una ayuda significativa», afirmó el domingo el director de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), Philippe Lazzarini.
Pero Netanyahu insiste en su plan de lanzar una ofensiva contra Rafah para acabar con el «último bastión» de Hamás.
En el plano diplomático, representantes de Egipto, Catar, Estados Unidos y de Israel y Hamás reanudaron el domingo en Doha unas negociaciones de cara a una tregua, a las que seguirán unas «reuniones en el Cairo», según el canal AlQahera News, próximo a los servicios egipcios de inteligencia.
Las conversaciones, según la cadena, «aseguran el seguimiento de lo que se habló en París», adonde se desplazó el viernes el jefe del Mosad, el servicio de inteligencia exterior de Israel, David Barnea.
El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, afirmó el domingo que los representantes de Israel, Estados Unidos, Egipto y Catar, reunidos en París, «llegaron a un entendimiento» respecto a «cuáles deberían ser los contornos básicos de un acuerdo sobre rehenes para un cese el fuego temporal».
«Tendrán que ocurrir discusiones indirectas de Catar y Egipto con Hamás, pues en última instancia tendrán que acordar liberar a los rehenes», declaró a la CNN, tras señalar que «ese trabajo está en marcha».
Por su parte, el emir de Catar, Tamim bin Hamad al Thani, viajará a París esta semana para abordar las negociaciones en curso con el presidente francés, Emmanuel Macron.
Según una fuente de Hamás, catalogado como organización «terrorista» por Estados Unidos, Israel y la Unión Europea, el plan contiene una tregua de seis semanas y un intercambio de entre 200 y 300 presos palestinos por 35 y 40 rehenes.
Tras un canje que tuvo lugar en noviembre, las autoridades israelíes calculan que aún hay 130 rehenes en Gaza, de los cuales 31 habrían muerto.
Entre esos fallecidos, figura un soldado israelí de 19 años, anunció el ejército este domingo.
Israel, que afronta presiones internas, exige «la liberación de todos los rehenes, empezando por todas las mujeres, y que dicho acuerdo no signifique el fin de la guerra», afirmó Tzachi Hanegbi, asesor de seguridad nacional de Netanyahu.
El Universal Online